la iglesia frente a la revolución mejicana
En Méjico, a principios del siglo XX las teorías laicista llevaron a la proclamación de la Constitución donde se manifestaba una separación hostil entre la Iglesia y el Estado, enseñanza laica, supresión de las órdenes religiosas, y confiscación de los bienes eclesiásticos.
En 1911 Madero es elegido presidente y Zapata y Villa se opusieron a él. Madero fue asesinado
Aparecen rebeliones armadas, y Carranza tomó el poder, pero Villa se opuso. En 1915 una comisión representada por ocho países de América Latina y Estados Unidos reconoció a Carranza como la autoridad legal en México. Se dio la nueva Constitución en el año 17
Al llevar a cabo reformas religiosas, Calles provocó una gran oposición. La Iglesia se negó a reconocer las condiciones de la secularización y las relaciones entre la Iglesia y el Estado se volvieron muy tensas hasta que desembocaron en la llamada Guerra Cristera (1926-1929), lucha en la cual, con métodos de guerrilla, los cristeros, defensores de las instituciones religiosas, atacaron pueblos, haciendas, ferrocarriles y escuelas laicas.
Pío XI publicó la enciclica Firmissiman constantiam en la que se condenaba la legislación.
Se encarcelaron a los sacerdotes y laicos católicos, se expulsó al delegado pontificio, se impuso la laicidad. Posteriormente, aunque no se derogaron las leyes, se suspendieron tácitamente su aplicación.
En 1911 Madero es elegido presidente y Zapata y Villa se opusieron a él. Madero fue asesinado
Aparecen rebeliones armadas, y Carranza tomó el poder, pero Villa se opuso. En 1915 una comisión representada por ocho países de América Latina y Estados Unidos reconoció a Carranza como la autoridad legal en México. Se dio la nueva Constitución en el año 17
Al llevar a cabo reformas religiosas, Calles provocó una gran oposición. La Iglesia se negó a reconocer las condiciones de la secularización y las relaciones entre la Iglesia y el Estado se volvieron muy tensas hasta que desembocaron en la llamada Guerra Cristera (1926-1929), lucha en la cual, con métodos de guerrilla, los cristeros, defensores de las instituciones religiosas, atacaron pueblos, haciendas, ferrocarriles y escuelas laicas.
Pío XI publicó la enciclica Firmissiman constantiam en la que se condenaba la legislación.
Se encarcelaron a los sacerdotes y laicos católicos, se expulsó al delegado pontificio, se impuso la laicidad. Posteriormente, aunque no se derogaron las leyes, se suspendieron tácitamente su aplicación.
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