Educación Gónzalez de Cardedal







Si se analiza las características de las distintas definiciones de educación y se propone un intento de síntesis de todas ellas, hay un autor, Sarramona , quien expone como las más características las siguientes:

Proceso de humanización.
Acción dinámica del sujeto educando con otros sujetos y con su entorno.
Intervención de una escala de valores.
Permite la integración social de los individuos.
Elemento fundamental de la cultura.
Proceso permanentemente inacabado.

En este mismo sentido, García Aretio culmina su análisis sobre las definiciones que proporcionan cuarenta y siete autores con una propuesta parecida a la anterior, indicando que la característica que más se repite es la "formación", seguida muy de lejos por la "socialización", la "influencia" y el "proceso activo".
Julián Luengo Navas en esta misma línea sugiere que las más importantes son: proceso humano de perfeccionamiento, vinculado a determinados valores sociales, que utiliza influencias intencionales, y que tiene como finalidad la individualización y la socialización del individuo.
OGC tiene un gran conocimiento de la educación- enseñanza- instrucción en España
(de las tres formas se le ha ido nominando e incluso se le ha modificado el nombre al Ministerio que se ocupa de ella) y una estima alta sobre ella. Para él la educación, en la misma línea que los autores anteriores es el proceso mediante el cual nos ayudamos unos a otros, para el descubrimiento, realización y planificación de nuestra existencia . Para lograrlo es necesario transmitir una serie de actitudes, criterios y conocimientos. Lo primero, afirma, es la educación de la persona, como se comprende ella a sí misma y posteriormente, considerando el sentido final del sistema educativo de un país, es preparar al discente para comprender la realidad, conocer la historia humana y enfrentarse al futuro .
En realidad esta última frase encierra la definición de educación anteriormente expresada, centrada en el perfeccionamiento del individuo en todos los ámbitos en los que desarrollará su vida, tanto individual como social, teniendo en cuenta el aspecto material y espiritual.
Mirando hacia el interior de la educación cada generación se enfrenta a la selección de los contenidos y a la elección del método ideal para aplicarlo. La educación vive en tensión continua entre lo creativo y lo crítico, por una parte, y lo social y lo político por otro lado. Qué enseñar y cómo enseñar es lo difícil de concretar en cada momento.
Cuando se pregunta quien debe enseñar, ve como figura imprescindible en la educación la figura del profesor. Sin ese “tú” provocador el “yo” provocado no se reconocería. Pero junto a esta figura, también en la educación es imprescindible el libro, puente entre generaciones. Pero sigue avanzando con el ritmo de los tiempos y OGC comenta que hoy está la red, el gran avance en las nuevas tecnologías, donde está todo, pero es necesario discernir, seleccionar, elegir los distintos conocimientos que se adquieren a través de ella. Y esa persona que ayuda en esta tarea es el profesor; red sí, pero complementaria. Con esta mirada dignifica la profesión hoy tan denostada del profesorado desencantado por múltiples causas, entre ellas la desproporción existente en la sociedad en el aprecio de la cultura y de la ciencia por una parte y por otra, la valoración tan positiva del juego, de la diversión y del espectáculo.
Al preguntarse sobre la educación en España considera a la escuela como uno de los grandes problemas, un grave problemas moral, aún no superado por el incremento de saberes y el no saber discernir aquellos que deben formar el núcleo del curriculum debido a la confusión de valores, de actitudes y por dudar sobre los criterios cívicos que se deben priorizar.

¿Es posible educar en una democracia que no fija sus metas, y sus límites, y en la que todo, hasta la ciencia, la ética y la religión, se intenta someter a votación? ¿Es posible pensar una escuela con las categorías de justicia, libertad y solidaridad cuando la sociedad tiene otros baremos para valorar a las personas que elige como modelos y para recompensar a las que premia como guías?


Junto a esos problemas concretos de la educación en España, enumera otros como el cambio en la educación dirigido hoy por fuerzas anónimas, ya casi no existe la vinculación con el maestro de toda la vida, porque son profesores a veces sin nombre, ya que hoy no se educa, se instruye, dejando de ser una relación personal para ser una educación anónima; tampoco ofrece un proyecto de vida, porque se ha convertido en mera transmisión de saberes; y como consecuencia de lo manifestado, hay una pérdida de dignidad y consideración en la profesión de educador percibida en todos los ámbitos.

El resultado es que hoy la educación no tiene sujeto responsable de ella, fuera del propio individuo. Este, si no recibe de su prójimo cobijo, palabra gesto, signo, lenguaje, ideas e ideales es un salvaje; y no un salvaje bueno, sino un buen salvaje. ¿Quién está hoy dispuesto a acogerle mostrándole el camino de la vida a ensancharle y limitarle, a instruirle y corregirle, a ser para él un frontal de ternura y de exigencia al mismo tiempo?

OGC al buscar los motivos llega a la conclusión que se deben a los cambios en la familia, en la vida económica, en la sociedad. Transformaciones, a veces inapreciables, porque los cambios no son violentos, pero que pueden transformar la sociedad en pocos años, por el influjo continuo de la sociedad en la educación y a la vez, la educación en la sociedad.
Respecto a la forma de enseñanza se ha pasado de autoridad- corrección, a aprender-padecer, de la motivación intrínseca a la extrínseca, del esfuerzo al desanimo, del trabajo al desinterés.
Se pregunta quienes han sido los educadores de la España contemporánea . Y contesta que durante la primera mitad del siglo XIX perduraban las masas anónimas e incultas frente a minorías pensantes y dominantes, estos últimos afrancesados, mientras que en la segunda mitad surgió la conciencia ciudadana, con grupos, partidos y sindicatos, que posteriormente a la Constitución de 1978, sólo los partidos representan la expresión del Pueblo. La educación está ahora a merced de la configuración social, la calle, la noche, la tele, las masas. Por eso se ha dicho que es un problema moral, que no se puede resolver con soluciones técnicas o políticas. Es necesario rearmar moralmente a la sociedad.
Otro de los asuntos que preocupa a OGC, es el fracaso escolar. Expresa que quienes influyen en formar la identidad de la persona son la familia, la calle y la escuela ¿Qué cambio se ha producido en esa influencia? En momentos anteriores era la familia el ámbito de más peso en la formación de las personas , pero hoy es la calle la gran protagonista, pasando la escuela a un lugar secundario, y como consecuencia aumenta el número de abandonos del alumnado en el sistema educativo.

El rostro personal de la madre y el maestro otorgaban antes las fibras primarias del tejido de la vida, en el que se insertaban otras secundarias, hoy la situación se ha invertido. Es la calle la que arrastra orientación y determina convicción. A la situación de la familia y de la calle debemos mirar a la hora de comprender el logro o fracaso escolar. La escuela era antes factor configurador; hoy, en cambio, es factor derivado. ¿Tiene fuerza en el orden psicológico para ser creadora de actitudes personales y personalizadoras?


La relación entre la familia y la escuela también ha cambiado en pocos decenios. La familia ha sufrido grandes transformaciones y también ha cambiado la uniformidad cultural, porque se da gran diversidad cultural, racial y religiosa. dándose la circunstancia que occidente responsabiliza y atribuye toda la educación a la escuela mientras que el Islam lo hace en la familia.
La familia de Occidente ha sido alterada, ya no es rural como hace unas décadas, se ha variado la autoridad patriarcal, hay muchas familias nucleares, familias monoparentales, con pocos hijos o hijo único, cambios en el trabajo con gran movilidad, falta de contacto entre padres e hijos, bien aparcados en guarderías, o en manos extrañas, a veces con distinto idioma o cultura; junto a estas transformaciones de la familia, la sociedad ha modificado su estructura, se ha perdido la uniformidad cultural, y se ha cambiado las convicciones morales y religiosas. Los jóvenes cada vez son más individuales, pierden ideales y se retiran a una privacidad, que en ocasiones origina agresividad. Ante este problema Europa, preocupada por la falta de convivencia, recomienda enseñar “educación para la ciudadanía”.

La educación tiene una dimensión política porque prepara a personas para ser ciudadanos y profesionales pero lo hace ante todo formándolas para ser humanos en la verdad y la justicia y libertad, en el descubrimiento de la propia dignidad y en la ordenación al prójimo, en la autonomía y en la solidaridad .


Uno de los temas que más se ha discutido en España en los últimos tiempos ha sido precisamente esta materia, llamada “educación para la ciudadanía”. Don Olegario se plantea si cada una de las materias del curriculum no lo hace, si la llamada transversalidad ha fracasado y por este motivo es necesaria una materia que enseñe a convivir y respetar a los demás.
La importancia de la educación queda patente en un artículo publicado ante el debate planteado sobre esta materia , porque la educación afecta a la cultura, la política y a la religión. Se hace tres preguntas fundamentales: el sujeto, los contenidos y el contexto histórico de esta materia, es decir quién debe educar, si la familia, la escuela, la iglesia, que contenidos transmitir, es decir, los contenidos donde se ha alcanzado un consenso y el contexto o el momento histórico donde se sitúa la etapa analizada.
¿Qué sucede con esta asignatura impuesta por el gobierno español? Unos la defiende, otros la rechazan tanto la materia como el programa y hay un tercer grupo, que acepta la materia pero quiere modificar el programa. Cada uno de estos grupos esgrime razones para justificar su postura, pero la realidad es que plantea controversia y lo que se está dilucidando es un desafío moral.
Esa enseñanza para la ciudadanía, sería perfecta si fuera un lugar de encuentro de todos los valores comunes . Pero se corre el riesgo de trivializar su enseñanza, introyectar ideas de un partido político, ser el cajón de sastre, y proponerse como alternativa a otros saberes como puede ser la religión.
OGC respecto a esta nueva materia afirma :

¿Es ingenuidad o insolencia el intento de proponer una educación para la ciudadanía como asignatura nueva a la vez que se marginan o dan por insignificantes las filosofía, la ética y la religión? La ciudadanía la construyen los ciudadanos en el ejercicio de su libertad, no se dicta ni impone ningún gobierno.

En España ha habido enfrentamiento entre los partidos políticos con respecto al tema de la Enseñanza, Instrucción o Educación. Se dan dos modelos educativos divergentes entre si con casi igual número de partidarios unos que otros, con doble punto de partida, pasado o futuro, que si son exclusivos, son igualmente nocivos.
OGC expone lo siguiente:

El debate sobre la enseñanza ha pasado del plano de la discusión teórica al plano de las realizaciones prácticas y del plano de la confrontación ideológica al de las decisiones políticas en los órganos democráticos .

El Estado no debe priorizar una forma u otra, ni escuela pública ni privada, porque sería una forma de oprimir y discriminar, y las dos son forma legitimas de libertad. La calidad de la educación no depende de una u otra, sino de las personas, de los programas, de la organización… En un Estado justo se debe potenciar la pluralidad, y se deben dar los cauces para que ambas puedan desarrollarse.
En la literatura pedagógica aparece un género literario dedicado a la educación de los príncipes , y desde Aristóteles, los ciudadanos elevaban su voz ante los que tenían el poder, bien dando consejo, o bien enjuiciando su forma de gobierno. Es decir, en la historia de la pedagogía, ha existido siempre la tendencia de poner la educación al servicio del poder, y los administrados han puesto de manifiesto este abuso.
Otro de los temas que Don Olegario comenta en sus escritos es el tema de la materia de Religión en el Sistema Educación. Una educación cristiana parte de su concepción del hombre como imagen de Dios, lo que le lleva a dar importancia capital al Otro y a los otros.
Los universos físicos, simbólicos y utópicos son el ámbito en el que la existencia humana se realiza con dignidad, eficacia, y esperanza. El lenguaje, el mito, el arte, la religión, la ciencia, la ética, la historia son los hilos con que los humanos tejemos la urdimbre de nuestra existencia. Y la Religión forma parte de ese universo, porque un hecho universal presente en todas las culturas y en todos los tiempos, es el reconocimiento de una Realidad sagrada percibida como presencia y promesa, como don y salvación.
En el año 2001, cuando Francia se plantea la enseñanza de la religión como hecho religioso , Don Olegario reflexionaba sobre las formas de enseñanza de ese hecho, bien, como resto del pasado o bien, reducirlo a curiosidad etnográfica, o por último el enseñarlo con rigor. Es cierto que la Religión, según su forma de entenderla podrá ser objeto de museo, cultura viva, culto, historia o dimensión personal absoluta.
La constitución española en el artículo 27,1.2. prevé:

Los poderes públicos garantizarán el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.

OGC al observar el comportamiento del Gobierno respecto a la asignatura de Religión en las escuelas en el año 2004, se pregunta si no se ocultan los ideales de la Segunda República en las leyes educativas de conseguir una escuela laica, pública y única, a la vez que sacar al hombre de su alienación que le produce la fe, de liberarlo de la minoría de edad que predicaba Kant, o sacarle de la incapacidad de no poder razonar. Es decir, eliminar la Religión de la sociedad porque con ella sería una sociedad premoderna.
¿Y quién decide esa situación?, ¿el gobierno?, ¿la sociedad?, ¿los padres?
Los padres piden en un tanto por ciento elevado educación religiosa para sus hijos. ¿Si se les niega, dónde está el derecho de los padres? ¿Y la libertad de elección?
Entre las posibles soluciones propuestas afirma que la escuela no puede solucionar sola estas dificultades porque la formación educativa no solo es de la escuela. Lo que precisa es potenciar la familia, reordenarla para asumir su papel en la educación, ya que ella es el principal agente de la educación de sus hijos. Pero a la vez el sistema educativo de un país debe buscar la verdadera educación ¿Y cual es la verdadera educación? Para contestar a esta pregunta, OGC parte del concepto de la libertad.
Ser libre es el anhelo de todo hombre, pero para llegar a serlo tiene tres camino para conseguirlo: “Libertad de”, (la naturaleza, los partidos políticos, del propio mundo psicológico); “Libertad con” (los otros, con referencia a los demás ) y “Libertad para” (realizar su misión, de la que nadie puede liberarse y de cuyo cumplimiento dependen su grandeza o miseria moral). Cada generación debe buscar estas tres libertades del hombre. OGC afirma:

La verdadera cultura y la virtud cívica abarcan al hombre como individuo en su contexto particular, como ciudadano responsable en la sociedad y como persona con un destino único. Sólo en esta suma de ideales colectivos y de virtudes personales, de acciones sociales y de instituciones escolares, se logra una educación a la altura del tiempo, solidaria con la comunidad y al servicio del valor sagrado de cada persona .

Con esta palabras: Solidaria con la comunidad y al servicio del valor sagrado de cada persona expresa los fines de una educación de calidad. El Yo como persona (imagen de Dios) en relación con los Otros (considerados como hermanos en Cristo).



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