Condiciones objetivas de la actualización de la revelación

1º Que sea proclamada la revelación, transmitida por parte de quien tiene autoridad: que se autoritativa, es decir, que refleje la fe de la comunidad apostólica, en comunión con ellos; que se autorizada a una predicación que sea capaz de proferir palabras verdaderas de hombre verdadero, que mueva a una forma de vida más fecunda y verdadera. La iglesia es el órgano vivo de una revelación viviente, la corporeidad o concreción personal-institucional de la revelación divina. Esa predicación apostólica es la que no trascriben las escrituras, la tradición y el magisterio, asistidos por el Espíritu.

2º Es verdadera cuando a la vez que proclama la Palabra la muestra presente y operante a través de signos, de experiencias, de una vida real de los hermanos. (celebración litúrgica y comunión con los hermanos bajo el Espíritu).


3º Un apóstol traspasado por la palabra que anuncia y una Iglesia radical en su creencia, humilde porque es mérito de Cristo, no acomplejada, pobre, confiada, limpia, que vive de la verdad y de la vida de Jesús, que hace la experiencia del Espíritu y realiza las actitudes de va del mismo Jesús, organizada en comunidades, asociaciones que actualicen en su vida la verdad bajo la acción de Espíritu.

¿La iglesia está amenazada de peligros? Como institución humana, tiene todos los problemas y peligros que afectan a toda comunidad, pero tiene el convencimiento que la verdad prevalecerá sobre el error por la misma promesa de Cristo y por la acción del Espíritu.