La revelación como posibilidad, escándalo y reto hoy









¿Cuál es el destino de la Iglesia y del hombre? El mismo que el destino del Señor, anunciar el reino de Dios y vivirlo, y por tanto, al hombre se le presenta un gran reto que no es otro que aceptar su finitud remitida a otro que es su fuente, creado por amor, saberse pecador perdonado y amado por la misericordia, y realizarse ante los demás amándolos, creando justicia.
Esta revelación sigue siendo rechazada por escandalosa, como lo fue el propio Jesús. Pero hay que tener cuidado de no confundir los propios pecados de sus miembros con el escándalo que el evangelio suscita en los hombres.
Actualizar la revelación es ofrecer a los hombre la suprema posibilidad de la existencia humana, verla con los ojos de Dios, aguardar apoyados en Dios, acogerse a sí mismo con amor como Dios nos acoge con amor, conducir hacia la justicia, la paz y la esperanza. La iglesia con su culto, su ejemplo y con la predicación de su palabra abre a un futuro nuevo e innovador en el hombre, tal como aconteció en Jesús.



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