Significado de Redención
"Jesucristo redentor del hombre", Est Trin 20
(1986) 313-396.
En el AT este término es sinónimo
de liberación y salvación, asociado a situaciones de cautividad del pueblo, que
tenía deseos de liberación.
Surge la Teología de la liberación
porque detrás de esa salvación siempre estaba Dios, como por ejemplo, la
liberación de Egipto, la cautividad de Babilonia. Esta redención es colectiva,
para todo el pueblo. En el antiguo oriente y en el judaísmo existía la figura
del goel, redentor, al que rescataba a los esclavos en la fiestas. En DT 15
y Lev 25 nos remite al año de la
remisión y año jubilar por lo que se perdonaba gratuitamente las deuda y se alcanzaba
su libertad.
La figura de Redentor en el Nuevo
Testamento es Jesús. La redención es el objeto y la finalidad de la presencia
de Jesús que como Hijo de Dios ha venido a redimir al mundo, de manera especial
con su muerte y resurrección.
Este es el punto vital del Nuevo
Testamento, siendo la redención definitiva y perpetua porque la muerte de Jesús
tiene carácter de eternidad. Redención y perdón de los pecados pasan a ser
teológicamente sinónimos de la figura de Jesús. Y su redención es una
liberación personal de cada uno de nosotros y de todos en general porque no pierde su carácter colectivo. Se
hace individual porque Jesús rescata a cada uno de nosotros de forma individual.
Las cinco categorías vinculadas a
Jesús relacionadas con la redención son: juicio, justicia, liberación,
reconciliación y salvación.
El expresar la redención como
juicio conlleva a analizar la exégesis de los últimos años sobre la figura y la
predicación del Reino de Dios y aclarar lo que significa el modelo de juicio en
él.
Evidentemente debe castigar a
quien ha desobedecido a Dios, porque en la base está la
justicia de Dios: "ha de
venir a juzgar a vivos y muertos".
Pero la nueva exégesis
reinterpreta el evangelio como gratuidad, porque Jesús es mensajero de la
gracia de Dios y así predicó el Reino y actuó con los pecadores, endemoniados,
enfermos, los excluidos. El anuncia el juicio para aquellos que rechazan ese
Reino, ese perdón, como don previo de Dios al pecador, como gracia creadora.
Con ello se expresa el amor redentor.
Jesús se presenta así como
redentor que ha venido a rescatar a los que estaban
perdidos, ofreciendo dignidad y esperanza a los humanos dominados por el mal.
Entrega su propia vida solo por amor,
para que rescatados de la muerte se abran a un mundo de esperanza.
La redención significa también
liberación, y ese perdón se vuelve en nosotros en principio de creatividad,
conduce a la conversión, a un cambio radical de vida, a reconocer su propia
tarea humana, personal y social
A la vez redención es
reconciliación Redención y liberación sólo son verdaderas allí donde suscitan
un encuentro amistoso, creador, entre redentores y redimidos, que se vinculan
mutuamente y de esa forma empiezan a ser hermanos. Debemos regalar nuestra vida a los demás, para que ellos puedan recibir
y desplegar la suya, superando toda imposición de unos sobre otros.
La redención es también salvación
que consiste en recibir y desplegar la vida de Dios
Esta salvación tiene un elemento histórico: ella se
expresa en la salud interior y exterior, en el amor mutuo y el pan compartido,
en la palabra dialogada y en la casa de la fraternidad. Ella tiene, dentro de
la Iglesia, un carácter sacramental, que se vincula a los grandes momentos de
la vida humana: bautismo o nacimiento a la gracia; eucaristía o pan
compartido en Cristo; matrimonio o celebración del amor mutuo; etc.
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