estética y teología

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Es claro que el quehacer teológico no puede prescindir de lo cultural del cristianismo. Se abre la posibilidad de una representación visible del misterio através del signo como evocación sensible de lo trascendente. (Cfr., JUAN PABLO II, Carta a los artistas, Ciudad del Vaticano, 1998, No. 7.)

La ruptura entre experiencia artística y experiencia religiosa ha llevado como consecuencia la ausencia del sentido divino de la belleza, la pérdida de identidad del arte sacro; pero -aún más- ha racionalizado y empobrecido la vivencia de la fe. Es decir, la pérdida de capacidad para acoger y expresar la experiencia de Dios a través de lo sensible ha dificultado la interpretación y el diálogo propio de la teología, para ampliar su reflexión más allá de la revelación dogmática y dar espacio a la fenomenología espiritual.

Sigue siendo un reto para la teología hacer posible que su reflexión asuma la cultura, no como tema, sino como categoría hermenéutica esencial para la evangelización, de modo que se construyan referentes válidos y el anuncio del mensaje implique una comprensión común nueva y un nuevo consentimiento común 40 en la comunidad que se evangeliza.

El hombre redimido participa de la autoglorificación de Dios a través de la creación. El que está en Cristo, es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo (2 Co. 5,17), está llamado a inhabitar las obras creadas y coadyudar a la obra divina, en que lo informe ha de someterse a Cristo quien recapitula toda la creación (Col. 1,12-20).

Así, la fe unida al amor se hace obediencia a la misión de elevar la naturaleza y las obras humanas en su desarrollo cultural a la consumación del arte de Dios , ya que precisamente Dios se abajó y todo ha sido penetrado por su gracia.



Arte y experiencia de Dios se hermanan en la cultura, establecen ámbitos de encuentro en que se unen esfuerzos para hacer del mundo escenario de la gloria divina.

Como conclusión, la Gestalt Jesu plantea una teología estética que se ofrece como hermenéutica de lo que es e irradia la Gestalt en la auto-expre- sión y autoexplicación de Dios. Esta tarea abre a una teología de los sentidos en que se clarifique el verdadero sentido del ver.

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