Laicidad islamica,

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Roberto Blancarter Pimentel, El estado laico y Occidente, en Revista Mexicana de Ciencias Políticas y Sociales  226 (2016) 105-120 se hace una serie de preguntas sobre cómo conciben occidente sus detractores y cómo los propios occidentales, así cómo si la secularización y la laicidad de las instituciones  políticas son un elemento central de la cultura occidental.

Ante los atentados terroristas se evidencia el creciente rechazo por parte de los que antes se llamó Islam y ahora fundamentalismo Islámico,  un choque de civilizaciones. Weber se preguntó sobre el dominio de Occidente sobre las otras culturas no solo en el ámbito económico sino cultural, y su respuesta sigue influyendo. El se responde  que se trata de una manera de comprender  y vivir la religión, del desencantamiento del mundo, de la racionalización creciente, incluso de las propias organizaciones religiosas, y de la secularización de la vida social  y  la esfera política y aunque esta racionalización tiene sus raíces en la tradición judeo cristiana creadora de una ética,  muy alejada de las religiones salvadoras de las religiones orientales.

El capitalismo está presente en todas las religiones, pero no se desarrolló como capitalismo moderno hasta que el protestantismo  impuso un freno ético racional al afán de lucro.

Esta conexión entre el judaísmo antiguo, el cristianismo y la secularización moderna fue seguida por varios autores entre ellos Berger o Taylor quien negando la interpretación entra las cosas de la naturaleza y las de lo sobrenatural comprende la secularización como un cambio en las sociedades, “donde era prácticamente no creer en Dios a una en la que la fe, incluso para el más ferviente  creyente, es una posibilidad humana entre otras”.

Se entiende la secularización como la  liberación de la tutela del control religioso y del mundo metafísico estrecho debido al desencanto de la naturaleza que comienza con la creación; a la desacralización de la política comenzada en el éxodo y por último en la desconsagración de valores que tiene su origen en el pacto del Sinaí (Cox 2007, 27).

Según Cox, el relativismo sienta las bases para el pluralismo porque nadie tiene el derecho de imponer sus valores a la sociedad, y con esta visión Occidente sería equivalente a modernidad que tendría por objeto “institucionalizar una cierto número de principios, los cuales están  incluso en desarrollo y en conflicto: constitucionalismo, autonomía moral, democracia, derechos humanos, igualdad civil, industria, consumismo, libertad de mercado y secularismo  Talal Assad.2003, 13

¿Qué es occidente?. Cox definió sus tres elementos esenciales: desarrollo científico tecnológico (al amparo de las leyes naturales, descubiertas por filósofos y científicos que sacaron a Dios del mundo secular; instituciones políticas democráticas

(asociando democracia y laicidad) y pluralismo cultural (rechazando la religión para garantizar la libertad).

Occidente no es una noción exclusiva ni principalmente geográfica pero tampoco se identifica con Estados nación claramente integrados, por lo que los fundamentalistas pueden vivir perfectamente en el ámbito geográfico supuestamente occidental. La globalización ha traído flujos económicos con gran movilidad humana, así como el turismo, dando lugar a sociedades multiculturales.

Las democracias han ido  reconociendo esta diversidad cultural, y sus valores han sido aceptados, con dificultades en algunos casos, por el resto del mundo y el fundamentalismo islámico, frente a estos valores ha presentado una alternativa religiosa , a la que se han unido otras civilizaciones pero que ha pasado debido a los medios de comunicación como un enfrentamiento entre el mundo islámico y el mundo occidental, aunque los enfrentamientos sea en grupos islámico minoritarios  No existe entre Occidente y el mundo islámico una oposición irreparable y absoluta entre las dos culturas.

La laicidad, es compatible con otras culturas, incluso en el mundo islámico entendiendo la laicidad, como un régimen donde existe autonomía de lo político frente a lo religioso, por lo que se podría hablar de laicidad islámica.

T. ASSAD, Formations  of  the Secular; Chistianity, Islam, Modernity, Stanford, 2003.

H. COX,, The Secular City, Pricenton 2013.