Compromiso político Leonard
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Entrevista a Mons. André Léonard, Obispo de Namur (Bélgica), el 11 de diciembre en el Coloquio 2000 años de cristianismo, organizado por el Centro de Encuentros de Dongelberg, en Bélgica por Xavier L. Ruys
Entrevista a Mons. André Léonard, Obispo de Namur (Bélgica), el 11 de diciembre en el Coloquio 2000 años de cristianismo, organizado por el Centro de Encuentros de Dongelberg, en Bélgica por Xavier L. Ruys
EL COMPROMISO POLÍTICO
-Hablar de cultura trae a la mente la "cultura de la muerte", que campea hoy a sus anchas en muchas legislaciones. ¿No le parece que la política es un campo particularmente oportuno para dar una respuesta adecuada a tantas cuestiones?
-La política, la calidad de la vida política, es un campo de acción extremamente importante, del que depende en gran parte la felicidad de la humanidad y en el que los cristianos han de estar presentes.
Tiene importancia capital el compromiso político. Me parece que hay varios niveles de compromiso, a partir de la promoción de valores reales y de la doctrina social de la Iglesia. La doctrina social de la Iglesia es una mina, a menudo más visitada por no cristianos que por los mismos católicos.
Un nivel de compromiso es la firmeza testimonial, "confesante", por emplear una expresión utilizada por protestantes y católicos durante el nazismo. Hay dominios -concretamente, los dominios éticos- que son capitales, donde los consensos o componendas no son una actitud confesante. Hace falta saber decir sí y decir no, conscientes de que otra alternativa no es más que mera astucia.
Otro nivel del hombre político con raíces cristianas mira a atraer la atención sobre ciertos aspectos que pasan desapercibidos al conjunto de la clase política. Pienso en un ejemplo que me ha impresionado mucho en estos últimos años y que describe muy bien Michel Schooyans en su libro El crash demográfico. Me quedo consternado por el silencio de los políticos sobre la situación demográfica real de Europa y de la humanidad.
Se continúa hablando y escribiendo por todas partes que nos amenaza la explosión demográfica. Pero demógrafos serios demuestran que, al contrario, en verdad a Europa le amenaza una implosión demográfica, una quiebra, y que a un plazo algo más amplio está amenazada la humanidad en su conjunto, incluidos los países del Tercer Mundo, donde la pirámide demográfica está ya a punto de flexionar.
¿Quién habla de eso? De cuando en cuando, algún Ministro de Pensiones evoca esta dificultad y eso es todo. Los políticos cristianos deberían atraer la atención sobre problemas como éste y otros similares de los que no se habla habitualmente.
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