La leyenda del Cristo de La Luz
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Antonio Padial Bailón
LA LEYENDA
VENERABLE HERMANDAD DEL STMO. CRISTO DE LA LUZ (Hermandad Pasionista)
Antonio Padial Bailón
LA LEYENDA
Estamos ante la historia de una devoción de las de más solera y antigüedad de la ciudad de Granada, quizás por ello, envuelve sus orígenes ciertos aires de misterio y leyenda, como suele ser habitual en estas devociones tan antiguas. A ello, hay que unir las especiales circunstancias en las que aparece, cercano su origen al recién conquistado Reino de Granada a los musulmanes y la necesidad, con ello, de, por un lado, recristianizarlo, y por otro, demostrar la antigüedad de su cristianización.
Para aquellos repobladores cristianos, el Islám había sido un largo y doloroso paréntesis del que había que deshacerse cuanto antes, para volver a las raíces cristianas antiguas de Granada: la antigua Iliberis ibérica y romana-visigótica cristianizada por San Cecilio y otros Varones Apostólicos. En este sentido, aunque con su variable de integración cristiano-musulmana, irá todo el entramado que surge a finales del XVI, con el hallazgo de los Libros Plúmbeos y los restos de las catacumbas sacromontanas en las que fuera, supuestamente, inmolado y enterrado el Apóstol de la región, San Cecilio. Asimismo, años antes, en 1588, como preludio, a estos descubrimientos del Sacromonte, se hallan, al derribar la Torre Turpiana, antiguo alminar de la mezquita mayor de la ciudad, un arca de plomo con un pergamino y reliquias de la Virgen (paño con que seca las lágrimas del Jesús en la calle de la Amargura) y un hueso de San Esteban, entre otras cosas.
En este ambiente de la Granada del siglo XVI, donde han de convivir, sin que se consiga, una amplia población islámica obligada a convertirse al Cristianismo (moriscos) con los nuevos pobladores cristianos, también surge esta devoción y hermandad del Stmo. Cristo de la Luz en la albaicinera iglesia de San Luis de los Franceses, cuya collación era una de las que más moriscos alojaba.
Existe una leyenda-tradición, que entre otros, nos transmite en sus gacetillas el padre de la Chica Benavides, que cuenta que al demoler en 1526 la mezquita Al-Sahfa o de la Pureza, en el Albaicín, que servía desde 1501 de parroquial de San Luis, para en su lugar construir una nueva iglesia. Parece, que en las obras de construcción de la sacristía se descubrió una mina y al final de ella un hueco tapiado en la excavación en el que los alarifes encontraron una mina de la que salió una voz que decía "Cavad, cavad y hallaréis la luz". Continuaron sus trabajos hasta hallar una bóveda de ladrillo en forma de sepulcro en cuyo hueco hallaron el Crucifijo de algo menos de una vara de tiempo de los godos, dice De la Chica, alumbrado por una lamparilla de plomo encendida. Una placa de plomo con una inscripción en la que se decía el día, mes y año en que fue ocultado, creyéndose que fue en la persecución de los cristianos mozárabes por los almohades a mediados del siglo XII.
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