Conclusiones de Isabel Troconis enTELEOLOGÍA EN LIBERTAD: LA VERDAD DE LA HISTORIA SEGÚN JOSEPH RATZINGER

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Isabel Troconis

TELEOLOGÍA EN LIBERTAD: LA VERDAD DE LA HISTORIA SEGÚN JOSEPH RATZINGER«ANNALES THEOLOGICI» 32, 2018





Conclusion

Durante el siglo XIX y con el objetivo de justificar la validez universal del cristianismo, el historicismo teológico alemán elaboró una comprensión de la historia religiosa de la humanidad de matriz idealista que al inicio pareció proporcionar la solución que se buscaba, pero que posteriormente dio origen a una serie de tensiones difíciles de solucionar dentro de ese marco conceptual: en primer lugar, la tensión entre la lectura idealista y la lectura positivista de la historia; en segundo lugar, la tensión entre la fe religiosa que se buscaba proteger y la crítica histórica
con la que se la acabó atacando; y, por último, la tensión entre la noción de proceso con la que pretendía dar una unidad teológica a la historia y la libertad real de los
sujetos históricos contra la que esta lectura atentaba.

Con el fin de encontrar algunas claves teológicas que nos permitieran conjugar una visión unitaria de la historia con la existencia de sujetos particulares verdaderamente libres, examinamos la teología de la historia de Joseph Ratzinger.

Estudiando su pensamiento encontramos las siguientes claves:

  1. Vimos que el entender a Dios no sólo como Pensamiento o Conciencia, sino también como Amor y Libertad, permite defender la existencia de seres individuales finitos.
  2. Vimos también que el subrayar la dimensión relacional y de autodonación de las Personas trinitarias (concretamente del Logos divino) permite a Ratzinger proponer una concepción dinámica del mundo creado según la cual el cosmos alcanza su plenitud en una superación de sí mismo orientada a la relación con Dios.
  3. Comprobamos que sostener que Dios ha querido de modo particular y personal la existencia de algunas criaturas que puedan entrar en comunión con Él (criaturas para las que, por lo tanto, Dios constituye el objeto de sus potencias espirituales) permite defender la existencia de sujetos particulares verdaderamente libres, cuya libertad posee un sentido determinado.
  4. Constatamos que definir la dimensión espiritual del hombre como forma sustancial de su cuerpo (anima forma corporis) permite explicar cómo es posible que el cosmos material alcance la unión con Dios en la que éste halla cumplimiento. humano como “lugar” en el que lo cósmico es asumido por el movimiento de la libertad, la verdad de la historia según Joseph Ratzinger.


Estas son algunas de las claves que Joseph Ratzinger nos ofrece para entender cómo la historia puede ser “historia de individuos” y, al mismo tiempo, poseer una dirección determinada. 

Resumiendo estas claves en una frase podríamos decir
que para el autor alemán esto es posible porque el Dios de la libertad es capaz de crear libertades finitas que asuman libremente la tendencia natural de su ser y que, sin embargo, no tengan la capacidad de disponer de dicha tendencia.

Evidentemente, estas ideas no agotan todo el pensamiento de Ratzinger sobre el tema. Lo que hemos dicho no quiere significar que el autor alemán considere que el hombre pueda alcanzar a Dios con sus solas fuerzas. Como toda relación interpersonal, también la relación del hombre con Dios requiere de la confluencia de dos libertades –la del hombre y la de Dios–, no sólo de una. 

Además, en la teología de Ratzinger también está
ampliamente presente la idea de que, tras el pecado original, las capacidades espirituales del hombre han quedado debilitadas; por lo que ahora la ayuda de Dios es, si cabe, todavía más necesaria para el hombre.

Sin embargo, la riqueza y complejidad de esta temática es tal que requeriría de un estudio aparte. Por esta razón no la afrontaremos en esta sede. En esta oportunidad
baste con lo dicho para ofrecer una visión de conjunto sobre la comprensión ratzingeriana de la verdad de la historia.

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