Hablar de Dios implica un encuentro con Él
Gustavo Gutiérrez (1990):
Contemplación y compromiso constituyen juntos, de alguna manera, el momento del silencio ante Dios. El discurso teológico significa en cambio un hablar sobre Dios. Callar es la condición del encuentro amoroso con Dios.
La experiencia de la insuficiencia de las palabras para expresar lo que vivimos hará nuestro lenguaje más fecundo y más modesto. La teología es un hablar constantemente enriquecido por el silencio. (págs.15-16)
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