KÜNG contra Nietzsche

 Si el cristiano realmente fuese tal como lo vio Nietzsche, entonces, entonces hoy, y con buenas razones, se podría, más aún, se debería rechazarlo: Si “Dios” no fuese más que el concepto contrario de la vida y en él se encerrase todo lo nocivo, envenenador y calumnioso, toda la enemistad mortal contra la vida; si el concepto del “ más allá” o del “ verdadero mundo” fuese una invención para menospreciar el único mundo que existe (...); si el concepto de “ alma” o “ espíritu” o de “ alma inmortal” fuese una invención para despreciar el cuerpo, para ponerlo enfermo o hacerlo “ santo” para menospreciar con monstruosa frivolidad todas las cosas que en la vida reclaman seriedad, esto es las cuestiones de la alimentación, la vivienda, el cuidado de los enfermos, el aseo, el tiempo, etc., ; si en lugar de la salud estuviese prescrita la “ salvación del alma” como un círculo demencial (...) entre convulsiones de penitencia e histerias de redención; Si tanto el concepto de “pecado” como el de “ libre voluntad” fuesen una invención para confundir a los instintos y hacer de la desconfianza hacia ellos una segunda naturaleza; si en el concepto de “desinterés” , de la “negación de sí mismo”, estuviese implícita la auténtica señal de la decadencia; si la autodestrucción representase el máximo signo de valía, “el deber”, “la santidad”, “lo divino” en el hombre; si con el concepto de “hombre bueno” se tomara partido a favor de todos los débiles, enfermos, fracasado y dolientes en su propia carne, y en contra de los hombres que dicen “ sí” y contemplan con seguridad y confianza el futuro; si todo esto fuera la moral cristiana, entonces (...) sí, entonces habría que estar con Nietzsche con “Dionisio contra el Crucificado”. Entonces ya no se podría ser cristiano sino únicamente anticristiano.


KÜNG, H., ¿Existe Dios? Madrid, Cristiandad, 1979, pp-557-558.

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