La igualdad en San Pablo


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Nuestro mundo sería impensable sin la Biblia y sus intérpretes



(National Review)-

San Pablo extrajo algunas de las implicaciones de esto al enseñar que, entre los paleocristianos, «no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay hombre ni mujer; porque todos son uno en Cristo Jesús» (Gálatas 3,28). Antes de Jesús y Pablo, el supuesto básico que regía la sociedad era el de la desigualdad humana fija, inmutable o «natural». Al insistir en la igualdad de todos en Cristo, el cristianismo estableció la norma fundamental de la igualdad de todos en el Occidente moderno. Esto, a su vez, condujo a un nuevo sentido de la justicia: la justicia debe reflejar la igualdad moral y no la desigualdad natural.

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