Rahab

 

Rahab

Esta mujer se dedicaba a la prostitución en una ciudad de Jericó. 

Rahab conocía la historia de Dios, aunque permanecía en su trabajo. Sin embargo un día, llegaron dos hebreos  que espiaban en su ciudad, pero  fueron sorprendidos por sus enemigos, y  Rahab entonces los escondió en su morada, luego  los ayudó a escapar sigilosamente.

Ella les solicitó a los israelitas que cuando fuesen  a demoler a Jericó, tuvieran compasión de ella y por supuesto de su familia, estos le dijeron que el día de la agresión  debía ubicar una cinta de color rojo en su ventana,  y así ésta, sería la señal  que indicaría  cual  era su casa.

Rahab  hizo todo lo que los judíos  le sugirieron, y cuando la ciudad  Jericó fue destruida, ella y su familia fueron sobrevivientes del ataque. Ella  dejó la prostitución,  se volvió creyente, y al pasar el   tiempo se casó con un israelita, llegó a ser ascendiente del monarca David, y por consiguiente de Jesús.

De esta  historia se puede aprender  que todos en algún momento  podemos cambiar, Dios no mira las acciones de las personas sino su corazón. Nuestro padre  sabe recompensar  a todos aquellos que  depositan su confianza en él.


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