La muerte en la fe Bahaì
Un Gran Quizás espera después de la desaparición del Yo
La idea de la muerte cruza por todas las religiones y se manifiesta de diferentes formas pero con un denominador común en todas ellas: hay una realidad más allá de la vida, un Gran Quizás que mejor dejamos en puntos suspensivos. Por Juan A. Martínez de la Fe.
Una interesante obra de Toni Sánchez Bernal tiene la pretensión de abordar el hecho de la muerte desde diferentes perspectivas (Morir, el último tabú, Kolima Books, Madrid, 2019). Entrevistas sobre la muerte a representantes de las principales religiones y corrientes espirituales, reza el subtítulo para darnos clara idea del contenido.
Sánchez Bernal ofrece seguidamente las entrevistas a personalidades destacadas de diferentes religiones o corrientes espirituales.
Tales entrevistas contienen una importante serie de preguntas cuyas respuestas perfilan el planteamiento de cada entrevistado.
Más allá en la fe Baha’i
Para hablar de la muerte en la fe Baha’i, el autor entrevista a Sergio García.
Esta fe tiene como objeto unir todos los pueblos, razas y religiones en una causa común. En ella, se considera que tenemos una doble naturaleza, la material (que no es mala en sí misma, sino inferior) y la espiritual o superior, que se asocia con el alma racional o el espíritu humano.
La vida es un viaje que se inicia desde el mismo momento de la concepción, instante en que se emprende un viaje eterno hacia Dios, un viaje sin final, porque nunca se puede llegar al mismo nivel que Dios.
Aquí, pues, no se habla de reencarnación, sino de seguir diferentes etapas para ir cumpliendo misiones que dependen de las capacidades desarrolladas en el mundo en que nos encontramos ahora; con estas capacidades, al morir, la persona se desempeña bien en el mundo espiritual, un mundo que es un misterio: la muerte es un misterio porque Dios así lo ha querido.
Y según el desarrollo alcanzado por cada uno se está más cerca o más lejos de Dios, no con la parte física, sino con las características esenciales como persona.
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