LAS PRIMERAS IGLESIAS CONSTRUIDAS EN LAS ALPUJARRAS



LAS PRIMERAS IGLESIAS CONSTRUIDAS EN LAS ALPUJARRAS. APORT ACION DOCUMENTAL. José Manuel Gómez-Moreno Calera. 



Gómez-Moreno Calera, J. M. (1989). Las primeras iglesias construidas en las Alpujarras. Aportación documental. Cuadernos De Arte De La Universidad De Granada, 189–192. Recuperado a partir de https://revistaseug.ugr.es/index.php/caug/article/view/11007



Las primeras parroquias alpujarreñas que se construyeron en sustitución de las antiguas mezquitas na­zaríes, has­ta 1530 solamente son siete iglesias (Ohanes, Laujar de Andarax, Dalías, Adra, Tímar, Pitres y Torvizcón).



Tanto la de Pitres, Tornizcón y Ohanes necesitaban fuerte reparaciones porque tenían muchas deficiencias.

Se estaban construyendo otras siete Ugíjar, Berja, Canjáyar, Almocita, Almegíjar, Murtas y Enqueira de Ugíjar).



En primer lugar, la mayoría de estas iglesias eran muy redu­cidas en su tamaño y con una forma de simple cajón rectangular. 



En aquellas que superaban unas dimensiones medianas, su estructura se hizo del tipo gótico-mudéjar levantino, es decir, con grandes arcos diafragmas que descargaban techos de madera a doble vertiente, el número de arcos (que implicaba el de los tramos de la iglesia) oscilaba según los habitantes de la población; así se conservan, aunque con muchísimas reparaciones posteriores y sin la armadura, la parroquial de Ugíjar y la de Pitres. 



Se utilizó la launa como sistema de cubrición en las iglesias pequeñas. Es interesante la mención de que las rábitas musulmanas estaban ya cubiertas con esta launa, y como se consideraba un método eficaz para cubrir las iglesias; actualmente se conserva la tradición de la launa como el sistema de cubrición más frecuente en las Alpujarras. 

La launa es una arcilla magnesiana o "filita" de color gris, con unas propiedades muy adecuadas al clima de la zona. Cuando está seca permite la transpiración pero cuando se moja forma una pasta homogénea e impermeable; esto hace que las habitaciones cubiertas con este material sean frescas en verano y totalmente aisladas en invierno. El origen de su utilización está comprobada al menos desde la Edad del Bronce en la cultura de los Millares.



El poco dinero empleado hizo que la mayoría de las Iglesias construidas en este período siglo XVI no permanezca ninguna por las deficiencias del material y de la construcción.

 

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