Escuelas del Ave María



Guerrilla Castillo, E. (2023). El valor de la solidaridad La alegría de hacer el bien “Mayor felicidad es dar que recibir” (Lucas, Hech. 20, 35). UNES. Universidad, Escuela y Sociedad, 16, 145–156. https://doi.org/10.30827/unes.i16.2828


Bajo el título: “El valor de la solidaridad en los colegios del Ave María” exponemos, en un primer momento, la importancia de la gratuidad en el desarrollo humano, pues hacer el bien nos aporta una alegría y satisfacción interior, nada comparable con la recompensa material. Este valor, sin embargo, es difícil de entender para cuantos insertos en una sociedad materialista, viven en y para el bienestar materia, en el que el tener es la medida del ser. Y, sin embargo, lo verdaderamente humano e importante en nuestra vida es gratuito: el amor, la amistad, la familia, los hijos, la vida, etc.

En un segundo momento, describimos el valor de la gratuidad en los colegios del Ave María desde sus orígenes hasta la actualidad. Su fundador Andrés Manjón, en su recorrido diario, desde el Sacromonte a la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada, para impartir sus clases, se conmovió de la miseria material y moral en la que vivían muchas familias gitanas. Tal sentimiento le llevó a la creación de las primeras escuelas del Ave María para los alumnos más pobres y necesitados, cuyos valores siguen hoy vigentes en sus nueve colegios. En este sentido se creó el Fondo Solidario para atender de modo ordenado y sistemático dichas necesidades. Su lema “Corazon y compromiso” es altamente significativo.


Acorde con los objetivos propuestos, y a modo de tesis, podemos concluir con los siguientes enunciados. 

Hacer el bien a los demás proporciona una alegría y satisfacción interior, nada comparable con la recompensa material. Los voluntarios y las múltiples ONGs son todo un ejemplo de ello. 

Este valor de la gratuidad es difícil de entender para cuantos insertos en la sociedad materialista, viven en y para el bienestar material, en el que el tener es la medida del ser. Y, sin embargo, lo verdaderamente humano en nuestra vida es gratuito: el amor, la amistad, la familia, los hijos, la vida, etc. Un amor, una amistad o una familia comprada dejan de ser verdadero amor, amistad o familia. 

La atención a los más pobres y necesitados fue el origen de las Escuelas del Ave María. Su fundador Andrés Manjón, en su desplazamiento diario desde su residencia desde la abadía del Sacromonte a la Universidad a impartir sus clases, se conmovió de las múltiples familias gitanas que vivía en la más estricta miseria material y moral. 

La heroicidad del P. Manjón fue reconocida oficialmente por el Papa Francisco, declarándolo Venerable al constatar que vivió de modo heroico las virtudes evangélicas.

Para llevar a cabo de modo ordenado y sistemático la asistencia a los alumnos y familias más necesitadas se creó el Fondo Solidario, con representantes de cada uno de los nueve colegios. Durante el curso se realizan múltiples actividades con la finalidad de recaudar fondos, a fin de que no falta la ayuda necesaria a ningún miembro de la familia avemariana. El lema “Corazón y compromiso” es altamente significativo. 


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