Demandas de reconocimiento y adaptación institucional


INFORME DIVERESU SOBRE DIVERSIDAD RELIGIOSA Y ESPIRITUAL 

DEL ESTUDIANTADO DE LA 

UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID 




 Alba Siguero Lizano (asiguero@ucm.es) 

Aarón Hocasar de Blas (ahocasar@ucm.es) 

Jara Corretjé del Prado (jcorretj@ucm.es) 


]Diversidad Religiosa y Espiritual del Estudiantado de la Universidad Complutense de Madrid (DIVERESU) 2025

 Demandas de reconocimiento y adaptación institucional

Finalmente, se constata entre el estudiantado una creciente conciencia sobre la necesidad de que la institución universitaria reconozca y se adapte a esta diversidad religiosa y espiritual. Esto incluye, por ejemplo, la petición de espacios neutros para la oración o la meditación, el respeto a las festividades religiosas en la planificación académica, la inclusión de menús adaptados en comedores universitarios, o la atención pastoral multiconfesional. 
Más allá de los aspectos prácticos, muchas de estas demandas tienen un trasfondo simbólico y ético: el reconocimiento explícito de que todas las identidades culturales, religiosas y de conciencia tienen un lugar legítimo dentro del espacio público universitario. Atender estas peticiones no solo responde a principios de equidad e inclusión, sino que fortalece la misión de la universidad como un espacio de libertad, pensamiento crítico y formación integral de las personas. 

Desde una perspectiva antropológica, la pluralidad religiosa y espiritual dentro de la universidad no solo representa un mosaico de creencias individuales, sino que se configura como un espacio simbólico donde se negocian identidades, poderes y formas de convivencia social. Como señalan autores como Talal Asad (1993) y José Casanova (1994), los espacios públicos, incluida la universidad, son escenarios donde la diversidad religiosa debe ser reconocida y gestionada de manera que fomente el respeto mutuo y evite la exclusión de minorías o formas de espiritualidad no hegemónicas. 

La antropología contemporánea subraya que la convivencia en sociedades plurales requiere que las instituciones públicas, como las universidades, establezcan condiciones que no solo toleren, sino que valoren y legitimen la diversidad religiosa como parte fundamental del tejido social (Mahmood, 2005). Esto implica reconocer no solo las religiones mayoritarias o tradicionales, sino también las expresiones menos visibles o no institucionalizadas de espiritualidad, así como la opción de no adscripción religiosa. 

Según Diana Eck (2001), la inclusión genuina en espacios públicos debe ir más allá de la mera coexistencia pasiva y buscar una participación equitativa que permita la expresión auténtica de las identidades religiosas y espirituales, contribuyendo a un diálogo intercultural enriquecedor. En este sentido, garantizar igualdad, reconocimiento y participación en el contexto universitario es esencial para construir un espacio de pluralismo real, donde las diferencias no se perciban como amenazas, sino como fuentes de enriquecimiento social y cultural. 

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