Desarrollo de la inteligencia espiritual

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Retazos de un artículo publicado en Tendencias 21 por el profesor Ramón M Nogués

¿Por qué en las sociedades occidentales se valora cada vez más lo espiritual, diferenciándolo de lo religioso?


En el mundo occidental actual existe la tendencia ampliamente extendida de valorar el interés por lo espiritual, diferenciándolo claramente del interés religioso. 

Este movimiento se consolida con éxito en nuestras áreas culturales, y muestra de ello pueden ser las innumerables ofertas orientadas para personas interesadas, en variadas corrientes de espiritualidad no religiosa, provenientes en su mayoría del mundo oriental. 


El mundo interior 

Es muy complicado y despierta gran interés. Se desestabiliza fácilmente.


  Se trata del resultado de un cambio neurofisiológico del cerebro y el correspondiente cambio de estado de la mente animal, en virtud del cual aparecen unas lujosas e inquietantes posibilidades mentales como la conciencia reflexiva, el pensamiento lógico, la experiencia de un yo biográfico, la inquietud por el futuro, el vértigo de la libertad y la responsabilidad moral, el amor empático, las inquietudes trascendentes etc. 
La prevención de la enfermedad ha llevado a prestarle atención por la medicina, las ciencias psicológicas o psiquiátricas 


Cerebro y mente



La neurofisiología moderna  ilustrada en este punto por A. Damasio, autoridad poco discutible en el tema, y confirmada por los estudios más fiables y prestigiosos, ha llegado a la conclusión  de que no existe en el cerebro humano una red neural racional independiente de las redes emocionales, de manera que no es posible una racionalidad pura independiente de la emocionalidad. 

No existe una supuesta racionalidad pura hacia la que deban converger todas las racionalidades humanas. Es más, según Damasio, la racionalidad no funciona correctamente si no es asistida por la emocionalidad, lo que sugiere la complejidad y multiplicidad del abordaje racional de las realidades.  Por lo tanto la religiones y espiritualidad son importante para resoler los grande enigmas y urgencias del mundo mental humano



Dimensiones en juego

La Psicología,  El trabajo psicológico atiende sobre todo a la corrección estructural. Se trata de que pulsiones, emociones y razones puedan coordinarse en la edificación de un yo protagonista, y a la vez propicien la superación de aquellos aspectos u orientaciones que podrían generar un yo excesivamente egocentrado o egoísta. 


Las espiritualidades, profundamente connaturales con todas las culturas, y especialmente florecientes a partir de aproximadamente 2600 años BP, se proponen una profundización en el interior humano que va mucho más allá  de las preocupaciones terapéuticas, aunque no las desconoce. 

La búsqueda de profundización y calidad preside las variadas iniciativas espirituales de todo signo. En la naturaleza, en la interiorización, en la profecía

Estas orientaciones espirituales han caracterizado especialmente tanto la reflexión de la filosofía griega como la potente dinámica espiritual del mundo judío y su derivación cristiana. 



Las religiones son potentes creaciones humanas que se atreven con las dimensiones trascendentes. Se enfrentan sin remilgos al reto de pasar del agnosticismo a la propuesta, simbolizando a través de sus relatos aquella realidad a la que todos denominan Dios (Tomás de Aquino dixit!). 

 Las religiones se centran en la trascendencia y sus posibles simbolizaciones.  Se accede a ella mediante el símbolo

. Solamente las minorías místicas acceden ocasionalmente a una transcendencia sin mediaciones simbólicas. 



El problema de Dios

Las religiones merecen un reconocimiento cultural de primer orden por haber dado respuesta a la incoercible necesidad de enfrentarse en algún momento a los enigmas centrales de la existencia con algún tipo de respuesta integradora y “salvadora”. 

La existencia de Dios está en estricto “empate técnico” entre los que la afirman y los que la niegan, y solamente la confianza permite dar el salto hacia una afirmación de Dios de la que inevitablemente se siente  distanciados los que no logran experimentar tal confianza. 

Existe un acuerdo general sobre el gran interés que lo religioso ha despertado en todas las culturas de todas las épocas, lo que lleva a muchísimos a opinar que estamos programados para creer (es decir, confiar)

Las imágenes de Dios quedan sujetas a la limitación de sus  procesos de generación. Efectivamente solamente desde las coordenadas que las estructuras neuromentales humanas autorizan, podemos generar imágenes divinas. 
 ¿Cuáles son estos procesos limitantes que condicionan la elaboración de imágenes divinas?

1º  Nuestra condición neurofisiológica. Tenemos una visión de la realidad que es solamente una (seguramente la más completa), de entre los muchos millones de visiones de la realidad a los que la naturaleza ha dado lugar a través de los millones de especies de cerebros que la captan parcialmente.
 De ahí que nuestra visión de Dios sea inevitablemente humana (es decir producida por cerebros humanos) y además tienda a ser antropomorfa. 
Pero Dios, por definición, no es humano, y solamente a través de los conocidos procesos de analogía, eminencia y negación,  decimos algo de lo que nos parece posible atribuir a Dios. Estos procesos son muy complejos y exigen operaciones mentales tan difíciles como las de atribuir a Dios características personales diferenciándolas de los procesos de antropomorfización que sabemos que hay que evitar. 

¿Cómo imaginar una persona no humana, si  no conocemos otra personalidad que la humana? 

2º Cosmología básica. Nuestro Universo solamente lo concebimos dentro de las condicionantes coordenadas del espacio-tiempo. Nada nos resulta imaginable si lo desproveemos  del  ensamblaje constitutivo de lo espacio-temporal. 
Pero  Dios no es una “pieza” del Universo ni se mueve en el tiempo. Dios  no es localizable ni “vino” ni “vendrá”. Solamente es un “ES” absolutamente ajeno a la temporalidad y a cualquier tipo de dimensionalidad. 
 La palabra religiosa solamente nos puede sugerir “quien” (sic!) pueda ser esta realidad a la que llamamos Dios, pero no nos lo puede definir ni poner al alcance de nuestros sistemas de localización. 

3º  El mal. Opaco, excesivo, absurdo, injusto, cuasi obsceno... así denominamos al conjunto de eventos adversos completamente naturales y lógicos, que jalonan la existencia humana como consecuencia constitutiva de su naturaleza viviente
. ¿A qué viene tanto escándalo ante la normalidad vital? Alguna protesta muy honda resuena en nuestro mundo interior que se revela ante la dura realidad, siempre difícil de aceptar. Una figura tan excepcional como Buda solamente acertó a intentar desactiva el impacto del mal a través de una reflexión sin fin y la negación del deseo, y alguien tan excepcional como Jesús de Nazaret, invocando a Dios, situó la paradoja del mal en la ignominia salvadora de un patíbulo injusto que anunciaba nueva vida.

4ºLa  utilización de Dios que tan frecuentemente han exhibido  las instituciones que han reclamado monopolios de la divinidad. 

Las instituciones son inevitables y necesarias, pero las religiosas, por la profundidad del tema del que se ocupan, asumen el riesgo de colonizar conciencias y sociedades en sus estratos más profundos, lo que, asociado a la tentación del poder, puede ser devastador y pervertir una imagen de Dios que debería ser liberadora. De hecho en todas las culturas y sociedades de Occidente y Oriente las grandes religiones y cosmovisiones han sido parcialmente secuestradas a través de sus instituciones (iglesias, clérigos…) por  el poder, con la intención de ponerlas a su servicio. 

Esto vale para el Confucianismo, el Judaísmo, la Religión del Imperio Romano, el Hinduismo, el Cristianismo, el Islam, el Sintoismo, el Budismo… Todos han sido ocasionalmente sometidos por el poder político a favor de sus justificaciones, lo que ha supuesto una losa muy pesada gravitando sobre las imágenes de Dios. Las tradiciones monoteístas han sido en este punto singularmente señaladas como proclives a este maridaje espurio entre Dios y la imposición violenta, el patriarcalismo misógino y otros derroteros muy poco edificantes. 

No es pues sorprendente que, especialmente en el ámbito de la anomalía religiosa europea, Dios haya pasado a ser un “problema”. Solamente los místicos de todo pelaje han salvado el tesoro religioso.


Panorama espiritual y religioso

Huérfanos de nuestras raíces religiosas (judeocristianas y griegas) y de la espiritualidad que estas raíces cuasi monopolizaron, y después de establecer un tabú sobre la presencia social de la religiosidad, nuestras sociedades europeas se han abocado a una espiritualidad de corte oriental y de origen asiático. 

 Hay corrientes espirituales que exhortan la benevolencia y otras la justicia,o religiones cuyo fundador es profeta  (Jesucristo) no violento o profeta a través de campañas militares (Mahoma).

 Con respeto a la pluralidad es necesario es preciso un trabajo serio de discernimiento.
  

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