Benedicto XVI, Encíclica Caritas in veritate (2009)
Benedicto XVI, Encíclica Caritas in veritate (2009)
El Santo Padre subraya que el hombre no puede reducirse a un mero dato cultural, como sostiene la ideología de género. En concreto, destaca el riesgo de separar la cultura de la naturaleza humana. “El eclecticismo y el bajo nivel cultural coinciden en separar la cultura de la naturaleza humana. Así, las culturas ya no saben encontrar su lugar en una naturaleza que las transciende, terminando por reducir al hombre a mero dato cultural. Cuando esto ocurre, la humanidad corre nuevos riesgos de sometimiento y manipulación” (n. 26).
La alteridad tiene su origen en la alteridad de Dios uno y trino: “sólo el encuentro con Dios permite no ver siempre en el prójimo solamente al otro, sino reconocer en él la imagen divina, llegando así a descubrir verdaderamente al otro y a madurar un amor que es ocuparse del otro y preocuparse por el otro” (n. 11). En la teoría de género se está en las antípodas del auténtico sentido de la alteridad, para instalarse en la similitud, vista desde una visión medible de la paridad en todo punto entre el hombre y la mujer. La paridad ha sido un pretexto para introducir un poder femenino que tiende a excluir al hombre, en particular de la esfera de la procreación.
“La caridad en la verdad pone al hombre ante la sorprendente experiencia del don. La gratuidad está en su vida de muchas maneras, aunque frecuentemente pasa desapercibida debido a una visión de la existencia que antepone a todo la productividad y la utilidad. El ser humano está hecho para el don, el cual manifiesta y desarrolla su dimensión trascendente” (n. 34). Pero el don no puede realizarse más que en el reconocimiento, la aceptación y la interiorización de la alteridad (y de la alteridad sexual).
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