La teoría de Kierschenbaum en la clarificación de valores
La teoría de Kierschenbaum (1982:3-6) tiene cinco dimensiones:
1º pensamiento
2º sentimiento
3º elección
4º comunicación
5º acción
Peters R.(1987) expone las críticas que se han presentado a este método: “: ...las críticas a este movimiento se han centrado en la falta de una clarificación en las finalidades educativas que se buscan con el uso de estas técnicas. Ya que no ofrecen ninguna teoría de la educación moral que les sirva de punto de partida, y es evidente que las propias publicaciones citadas y en la práctica de sus estrategias didácticas no existe una distinción entre valores morales y los que no lo son, por ejemplo, o entre un estado psicológico de disposición (aquello
hacia lo que me siento inclinado) y un estado moral de obligación (lo que yo debería hacer). La falta de esta base teórica puede llevar a la postura equívoca de creer que educar moralmente consiste en utilizar una técnica para ayudar a poner en claro los distintos valores, sentimientos personales, presiones sociales, etcétera, que confluyen en una situación de conflicto moral. Una vez que el sujeto se ha clarificado, el proceso educativo ha terminado. Y el educador se puede descargar de sus responsabilidades educativas. El sujeto debe optar por sí mismo."
Esta teoría propugna que el alumno reconozca o tome conciencia de sus propios valores que le servirán de guía de conducta.
Cae en un relativismo moral y no aporta ninguna teoría pero los métodos para clarificar los valores son usados por muchos profesionales ya que pueden ayudar en el proceso de formación.
1º pensamiento
2º sentimiento
3º elección
4º comunicación
5º acción
Peters R.(1987) expone las críticas que se han presentado a este método: “: ...las críticas a este movimiento se han centrado en la falta de una clarificación en las finalidades educativas que se buscan con el uso de estas técnicas. Ya que no ofrecen ninguna teoría de la educación moral que les sirva de punto de partida, y es evidente que las propias publicaciones citadas y en la práctica de sus estrategias didácticas no existe una distinción entre valores morales y los que no lo son, por ejemplo, o entre un estado psicológico de disposición (aquello
hacia lo que me siento inclinado) y un estado moral de obligación (lo que yo debería hacer). La falta de esta base teórica puede llevar a la postura equívoca de creer que educar moralmente consiste en utilizar una técnica para ayudar a poner en claro los distintos valores, sentimientos personales, presiones sociales, etcétera, que confluyen en una situación de conflicto moral. Una vez que el sujeto se ha clarificado, el proceso educativo ha terminado. Y el educador se puede descargar de sus responsabilidades educativas. El sujeto debe optar por sí mismo."
Esta teoría propugna que el alumno reconozca o tome conciencia de sus propios valores que le servirán de guía de conducta.
Cae en un relativismo moral y no aporta ninguna teoría pero los métodos para clarificar los valores son usados por muchos profesionales ya que pueden ayudar en el proceso de formación.
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