En la sociedad actual que es mas conveniente ¿un cristología desde arriba o desde abajo?


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Se entiende por Cristología “desde arriba” la que procede desde la divinidad de Jesús y sitúa así la idea de la encarnación como punto central de su reflexión. Presupone la divinidad de Jesús, confesada en la fe, y a partir de ahí se pregunta cómo se ha encarnado el Hijo eterno de Dios, segunda persona de la Trinidad. 

La Cristología “desde abajo” es la que arranca de la humanidad histórica de Jesús y desde ahí se remonta al reconocimiento de su divinidad. Se basa, pues, como primera referencia, en el mensaje y en el destino de Jesús, para llegar, a partir de ahí, a la idea de la encarnación.


Las razones que aconsejan empezar por una Cristología “desde abajo”son:

- En la situación actual de secularización e increencia parece poco aconsejable una Cristología “deductiva”, que parta de la divinidad de Jesús como algo pacíficamente adquirido. 

Sin ese arrancar de Jesús, el Cristo proclamado desde la fe difícilmente podrá sustraerse a la sospecha de ser un puro mito, desdibujado, sin raíces históricas, fruto de la invención o proyección religiosa de sus creadores. 
Se trata de situarse metódicamente en la situación de los primeros discípulos de Jesús, para seguir el “itinerarium mentis” que ellos recorrieron al seguirle y que les llevó finalmente, tras su muerte, a confesarlo como el Hijo de Dios (Cristología “genética”). 

Como se ve no es una cuestión banal la cuestión metodológica. Tal vez pudiéramos decir que el anuncio cristiano sobre Cristo sólo puede entenderse en su verdadero contenido significativo a partir de la historia de Jesús. Y es que es a partir de esa historia como captaremos mejor la razonabilidad del anuncio, como seremos llamados a la conversión traducida en seguimiento de Jesús, como percibiremos mejor el rostro -diferente y hasta disidente- del Dios que en ella se nos ha manifestado, como nos sentiremos estimulados a ser Iglesia pobre y de los pobres...

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