¿Por qué se celebra una muerte violenta?




¿Por qué se celebra una muerte violenta y menos la de Jesús, resultante de una crucifixión, propia de las gentes de la más baja condición social?

La muerte de Jesús es un hecho, un escándalo y un misterio[1]. Se celebra porque con su muerte  demuestra su misericordia, y ha desenmascarado el pecado del hombre.

La muerte de Jesús no fue necesaria ni física, ni jurídica, ni socialmente. Dios no quiere la muerte de nadie, ni necesita sangre, ni Jesús es el chivo expiatorio porque Dios no es déspota, sádico o vengativo. Sigue afirmando en este artículo que fue el resultado de tres libertades, la de los que le entregaron, la de Jesús y la del Padre:
"La muerte de Jesús fue resultado de tres libertades en juego. 
Una, la libertad de quienes le entregaron: la traición directa de Judas, el plegamiento cobarde del pueblo y la culpabilidad final de Pilato. 
Otra, la propia libertad de Jesús que fue a la muerte no como un ingenuo, un fanático o un suicida, sino en la clara conciencia de quien cumple una misión: la de hacer presente a Dios en el mundo y mostrar que su palabra es más fuerte que la muerte. “Nadie me quita la vida; soy yo quien la pongo, por los muchos, para rescatarlos de sus pecados”. 
Y fue fruto de la libertad del Padre: “Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo, para que el mundo no perezca sino que tenga vida eterna”.




[1] OGC, Pasión de Cristo. Pasión de un Papa: ABC, 20/04/2011.

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