La espiritualidad como proyección cerebral

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Francisco J. Rubia en www.tendencias 21

En el llamado síndrome de Gastaut-Geschwind los pacientes muestran hiperreligiosidad, conversiones súbitas, hipermoralismo e hipergrafia. A veces, si la epilepsia estaba producida por un tumor, al extraer el tumor desaparecía la hiperreligiosidad. 

Dos autores estadounidenses, Saber y Rabin, publicaron un artículo titulado The Neural Substrates of Religious Experience (Los sustratos neurales de la experiencia religiosa) en el que mencionan una lista de personas que supuestamente padecían de este tipo de epilepsia, como Pablo de Tarso, Mahoma, Margarita Kempe, Juana de Arco, Teresa de Ávila, Catalina de Génova, Catalina dei Ricci, Joseph Smith, el fundador de la iglesia mormona, Teresa de Lisieux y muchos otros. 

Hay muchos otros argumentos que no puedo referir aquí, pero que sí están recogidos en El cerebro espiritual que apoyan la afirmación de que nuestro cerebro genera experiencias espirituales, religiosas, místicas o trascendentes. 

Es curioso que en el evangelio gnóstico de Santo Tomás, cuando le preguntan a Jesús que cómo alcanzar el Reino de los Cielos, responda: “Cuando convirtáis los dos en uno, cuando hagáis lo que está dentro igual a lo que está abajo, cuando convirtáis los masculino y lo femenino en una sola cosa…entonces entraréis en el Reino de los Cielos. Mi interpretación de estas frases: Cuando anuléis la consciencia egoica, dualista, podréis acceder a la consciencia límbica, aquí caracterizada como el Reino de los Cielos. 

En la Biblia versión King James en el evangelio de Lucas, 17:21 se dice: The Kingdom of God is within you. Sin embargo en la Biblia Reina Valera, católica, este pasaje se transforma en el Reino de Dios está entre vosotros. No sé cuál es el original, pero me inclino por la primera versión que coincide con lo que Buda decía, a saber que todos somos Buda, es decir que todos podemos alcanzar la iluminación, aunque no lo sabemos. También San Agustín dice : Noli foras ire, in te ipsum redi, in interiore homine hábitat veritas (No vayas afuera, entra dentro de ti mismo, en el interior del hombre habita la verdad). 

La espiritualidad como proyección cerebral 

Por todo lo dicho es de suponer que la fons et origo de la espiritualidad y la religiosidad estaría en el sistema límbico, por lo que siempre existirá la espiritualidad que puede o no conducir a la religión. Como menciono en el libro El cerebro espiritual, estos hechos podrían transformar nuestra manera de ver las experiencias místicas, religiosas y espirituales en su conjunto. La conclusión podría ser que todas estas experiencias son proyecciones al exterior de lo que se genera dentro de nuestro propio cerebro. 

Tradicionalmente, cuando el ser humano se enfrentaba a fenómenos que no podía explicar de manera natural, recurría a entidades metafísicas o a seres sobrenaturales. Es de esperar que, como ha ocurrido en el pasado con la explicación que se daba de los eclipses o de las erupciones volcánicas, para poner sólo dos ejemplos, también ocurra lo mismo con los fenómenos que hemos descrito. Ha sido una constante en el ser humano atribuir cualidades humanas a los dioses. Yo aprendí en Alemania una frase que trata más o menos este tema y que dice: “Cuando en la oscuridad del bosque el hombre silba, puede que ahuyente su miedo, pero no por ello va a ver más claro”. 

Nos falta saber cuál ha sido la ventaja evolutiva de esos estados que dependen de estructuras más antiguas desde el punto de vista filogenético, como es el sistema límbico o cerebro emocional. Las hipótesis que hoy se manejan al respecto no terminan de ser totalmente satisfactorias. Pienso que cuando seamos capaces de explicar exhaustivamente estos fenómenos

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