"Es tiempo del equilibrio entre la ciencia y la fe”

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“Es tiempo del equilibrio entre la ciencia y la fe”

La neurocientífica sinaloense Liz Quintero presentó en Culiacán su novela ‘El secreto de In’Lakesh’, en la que ficcionaliza la lucha interior que vivió entre el mundo científico y su espiritualidad


Liz Quintero platicó sobre sus experiencias espirituales . 


Llegó sola a México para estudiar la maestría. Se fue adentrando en la ciencia, sobre todo en las neurociencias. Nacieron las dudas en su fe, creencias, ya que sus estudios convertían a estas en el resultado de un mecanismo. Abandonó la espiritualidad que vivió durante su infancia y adolescencia.
Al ingresar al doctorado la absorbió el ambiente: la mayoría de las personas se reían de la religión.
Su manera de ser cambió. Era sarcástica y cínica. Se había decepcionado de la religión. Fue abandonando la espiritualidad al mismo tiempo que se fue sintiendo cada vez más vacía e infeliz.
Se le había subido, como dicen de algunos médicos o estudiosos de la ciencia.
La soberbia llegó. La risa hiriente junto con los pensamientos negativos y apesadumbrados, también. La desconfianza y la ansiedad se instalaron en su interior. Su crisis de fe la había puesto en una espiral descendente.


Presentación en el auditorio del Tecnológico de Culiacán. Foto: EL DEBATE / Marco Ruiz

Perdió la realidad, cayó en el delirio, pero en ese estado, la iluminación le llegó y comenzó a luchar por tener fe y salir de la depresión.
Esa es la historia de la nuerocientífica sinaloense Liz Quintero, que ha convertido en literatura experiencias de su vida en su libro El secreto de In’lakesh, novela que presentó en el auditorio del Tecnológico de Culiacá.
Liz, ¿por qué hacer una novela y crear al personaje de Jade?
Los libros de autoayuda son muy repetitivos con la idea. En primer lugar, yo lo quise hacer más ameno, para que estas enseñanzas yo no estuviera diciéndoselas directamente a la persona, para que lo vieran dentro de una historia.
Aunque en retrospectiva, creo que fue porque en ese momento no estaba preparada para decir: “Yo soy Liz y me sucedió esto”.

Portadas de las dos ediciones que se han publicado de la novela de Liz Quintero. Foto: Cortesía / Liz Quintero.

¿Descubriste algo al escribir tus experiencias como novela?
Me fui adentrando en los mensajes principales que recibí cuando perdí la realidad, ya que eran cortos y concisos. Fueron surgiendo experiencias, vivencias. Todo fluyó de manera muy bonita.
¿Tuviste miedo del qué dirán tu compañeros científicos?
Por hablar del ser, el alma, la filosofía, la fe, vivencias espirituales, sí me daban nervios, porque se critica muchísimo a los creyentes. Muchos científicos son intolerantes. Precisamente, un capítulo se trata sobre la tolerancia. Pese a ello lo escribí, pues siento que tengo una base para decir algo. Ha habido mucha intolerancia recíproca entre científicos y creyentes, dejemos de lado la intolerancia y respetemos la creencia de cada quien.
Finalmente, ¿crees que pueda haber un equilibrio entre ciencia y espiritualidad?
Yo creo que estamos en una etapa en que se están resolviendo muchas cosas, como que está disminuyendo la intolerancia, que la creencia y la ciencia no se excluyen. Por ejemplo, mi libro ha tenido un buen recibimiento por doctores e investigadores que han sabido de él. Cuando les he dicho, se han maravillado de que haya entrado en este tema. Mi jefe, en el centro de investigación, me preguntó con gusto que si quería ser doctora del alma. Sin embargo, hay otros científicos que se clavan en la ciencia y dejan de lado todo tipo de creencias, pues se les hace superficial cualquier cosa, se cierran al mundo científico.

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