¿ Qué significa el discernimiento espiritual?

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El padre Frédéric Fornos sj, EN WWW.VATICAN NEWW.
No hay discernimiento espiritual si no somos capaces de escuchar, ver, sentir lo que ocurre en nosotros, en nuestro corazón.

Y no solamente percibirlo pero reconocerlo, nombrarlo, haciendo diferencias entre los diversos movimientos interiores, emociones, sentimientos.

Estar alegre y contento no es la misma cosa. Produce algo diferente en nosotros. Distinguir y reconocer los movimientos de nuestra afectividad hace parte del discernimiento. La afectividad hace parte de la dimensión relacional del ser humano y es esencial para el discernimiento.

No se hace el discernimiento con la cabeza pero estando atentos, despiertos, a lo que sopla en el corazón humano y lo pone en movimiento. El Señor, por su Espíritu, nos habla a través los movimientos de nuestra afectividad.

 Hay que reconocerlos. Reconocer su voz en medio de tantas otras voces. Esto es discernir para decidirse a seguir su voz, la cual conduce a la vida.


No hay discernimiento sin oración y sin un profundo conocimiento de la Palabra de Dios, la cual nos ayuda a reconocer la voz de Jesús en medio de tantas otras. Su melodía.

Formarse al discernimiento espiritual para ser dóciles al Espíritu del Señor, reconociendo la voz del buen pastor que desea dar la vida en abundancia, para seguirla, significa también no dejarse seducir por otras, la del ladrón “que solo viene a robar, matar y destruir” (Juan 10).

Discernir, como decía, no es reflexionar sino antes de todo escuchar los que ocurre en nuestro corazón para elegir lo que nos conduce a la vida y descartar lo que nos conduce a la muerte. Jesús nos dice: “Yo he venido para que tengan la vida y la tengan en abundancia”. Discernir es reconocer el combate espiritual en el cual estamos para no caer en la trampa del “enemigo de la naturaleza humana”. Sin Discernimiento no sólo somos ciegos al nivel personal pero también comunitario.


Por eso formarse al discernimiento espiritual es esencial para la vida de la Iglesia, esencial para reconocer lo que el Señor dice a la Iglesia, para reconocer los llamados del Espíritu en una comunidad, una parroquia, y percibiendo el combate espiritual no dejarse engañar por el enemigo, el diablo.

Sin formación al discernimiento espiritual puede ser más difícil entender la Exhortación Apostólica post-sinodal Amoris Leticia, la “Alegría del Amor”.

No hay discernimiento espiritual y pastoral sin oración, escucha de la Palabra de Dios, y una correcta formación de la consciencia.

El Papa Francisco, como lo dice en El Video del Papa de este mes, no ofrece recetas, pero invita a discernir las situaciones personales y comunitarias, a ponerse a la escucha del Señor.

Recemos pues por esta intención. El discernimiento espiritual es la brújula que nos permite reconocer la acción del Señor en la vida de la Iglesia, y los grandes desafíos del mundo. Es esencial para la misión.

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