“Las religiones del mundo en el Concilio Vaticano II y en el magisterio postconciliar”

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Jacques Despuis, “Las religiones del mundo en el Concilio Vaticano II y en el magisterio postconciliar”, en Revista iberoamericana de Teología, 5 (2007) 25-45.

El documento de Jacques Depuis presenta, de manera clara y de fácil lectura, el Magisterio de la Iglesia respecto a las religiones del mundo. Se divide en cuatro grandes bloques: 

1º Etapa preconciliar
2º Documentos del Concilio Vaticano II
3º Etapa postconciliar
4º Conclusiones del estudio realizado en los tres puntos anteriores y que determina el camino a seguir respecto a este tema según el autor.

1º Etapa preconciliar
En el primer bloque presenta la situación del tema antes del concilio situando el debate teológico dentro del paradigma inclusivista aunque algunos teólogos permanecían en el exclusivista. Se reconoce la existencia positiva entre las otras religiones y el cristianismo pero al analizar  el papel que desempeñaban las religiones en la salvación se dan dos teorías:  la del Cumplimiento (Danielou, H de Lubac, H, Von Balthasar) donde las demás religiones no juegan ningún papel quedándose sólo en religión natural y la Teoría de la presencia de Cristo, presencia inclusiva, ( Panikar, K. Rahner) donde  las tradiciones religiosas, por el designio divino salvífico se relacionan a este misterio, de manera que ninguna religión es puramente natural. 
Estas dos corriente están presentes en la época preparatoria del concilio e influyen en él.

2º Documentos del Concilio Vaticano II 
La perspectiva de este  Concilio, donde por primera vez en la historia se pronuncia positivimaente sobre las otras religiones, fue pastoral y no dogmática, insistiendo en el diálogo con las otras religiones y en un cambio de actitud de los cristianos hacia ellas. En un primer momento se plantea el diálogo entre cristianos y judíos pero, debido a las peticiones de los obispos, se hace extensivo a todas la religiones siendo la declaración Nostra Aetate (partiendo de la religiosidad humana en general se llega al judaísmo) y la Constitución Lumen Gentium (se parte de las relaciones con los judíos para llegar a todas las religiones) los documentos desde  donde se aborda esta cuestión.
A pesar de ser la intención pastoral, para realizar el dialogo hay que tener un fundamento doctrinal, eliminar prejuicios y juicios negativos del pasado y centrarse en valores positivos y dones divinos de las otras religiones.
En este nuevo planteamiento se distinguen dos problemáticas. 1º la salvación individual y 2º el papel de esta religiones en esa salvación. Respecto  a la primera, tema tratado anteriormente al concilio, lo que aporta éste es que lo enseña con seguridad, y que el individuo se salva por la acción universal del Espíritu de Dios. Con respecto a la segunda problemática la solución es más compleja, y se debe analizar la constitución Lumen Gentium, Nostra Aetate y Ad Gente respeto a tres temas fundamentales: la salvación fuera de la iglesia, los valores auténticos de las otras religiones y  el aprecio de estos valores por parte de la iglesia y la actitud hacia ellos.
En los tres documentos se afirma la existencia de valores auténticos en las religiones siendo en Nostra Aetate donde  lo declara con más fuerza, pero sin definirlo claramente. Esto ha dado lugar a interpretaciones divergentes desde quedarse simplemente en religiones naturales hasta considerarlas como caminos, vías, medios de salvación. El autor afirma que ambas posturas son erróneas.
¿Qué postura sigue el concilio: la de cumplimiento o la de la de presencia del misterio salvííico de Cristo?  Parece que se inclina por la de cumplimiento aunque reconoce los valores  de verdad de las demás religiones sin aclarar el valor salvífico de estas.  Lo que se observa en la lectura de estos documentos es que el concilio tiene una perspectiva eclesiológica, fundamento de sus limites y sus silencios es su doctrina.


3º  bloque: Magisterio Postconciliar
Debido a la ambigüedad del Concilio el autor afirma la necesidad de revisar los documentos posteriores del Magisterio para obtener una postura sobre este tema. Para ello analiza los documentos de Pablo VI (Ecclesiam suam y Evangelii numtiandi ) en el que afirmando la necesidad del dialogo con las otras religiones presenta una clara toma de posición en la teoría del cumplimiento.
También analiza los documentos de Juan Pablo II ( Nostra aetate, Redemptor hominis, Discurso del Papa  a los miembros de la curia romana el 22 de diciembre  de 1986, Dominum et vivificantem Redemtoris missio, Tertio millennio adveniente)
El Papa aporta a esta cuestión el énfasis con el que  afirma la presencia activa del Espíritu de Dios en la vida religiosa de los no cristianos y en su tradición religiosa; El Espíritu Santo está presente y operante en el mundo, en los miembros de otras religiones y en las mismas tradiciones religiosas. Es el mismo Espíritu quien suscita la oración porque está presente en el corazón de todo hombre y también en todas la tradiciones religiosas.
El Papa afirma que la salvación en Cristo es accesible a las personas fuera de la iglesia, y aunque se subraya “ la mediación única y universal de Cristo” reconoce la posibilidad, en el orden de la salvación de “mediaciones parciales de cualquier tipo” si aclarar si estas mediaciones están incluidas en las tradiciones a la que pertenecen. 
Pero declaraciones posteriores del Papa  retoma la teoría del cumplimiento.
Es en el documento titulado “Dialogo y anuncio. Reflexiones y orientaciones concernientes al dialogo interreligioso y el anuncio del Evangelio de Jesucristo”, donde se podría reconocer el paso de la teoría del cumplimiento a la de la presencia de Cristo en las religiones aunque no está claro esta postura.

4º bloque: Conclusión
El autor propone como conclusiones:
a)  El Magisterio reconoce la apertura a las otras religiones.
b) Sin reconocer nunca en las otras tradiciones vías de salvación, tiende implícitamente en esta dirección
c) Reconoce valores de verdad y gracia y una secreta presencia de Dios en las otras religiones
d) El  Magisterio postconciliar de Pablo VI y Juan Pablo II  son ambiguos.
e) Sólo un documento oficial del Vaticano permite creer que el Magisterio tiende implícitamente en una postura de mayor apertura.

 Una vez leído y analizado el documento, los documentos oficiales del Magisterio aquí expuestos, creo que las conclusiones presentadas por el autor son consecuentes y conformes  con la lectura del Magisterio de la Iglesia, ya que donde no hay polémica con ella, lo presenta categóricamente, y en las conclusiones sobre el futuro de este Magisterio, que aún no ha definido,  afirma de manera potencial usando palabras, como: de manera limitada, implícitamente, sin reconocimiento formal, sin conclusiones implícitas, afirma prudentemente  etc. 
 Expresa un deseo  que no está categóricamente expresado en el Magisterio de la iglesia, y que es posible que en un futuro se pronuncie en esta línea deseada  o que cambie su doctrina. Por eso el autor, aún mostrando el deseo de mayor apertura, presenta el Magisterio de la Iglesia sin ambigüedades.




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