"CRISTO ÚNICO SALVADOR.
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ACABO DE LEER EN LA REVISTA "ALMERIENSIS" Volumen XI • Año 2018 • Número 2, EL ARTÍCULO "CRISTO ÚNICO SALVADOR. LA DECLARACIÓN «DOMINUS IESUS" DE FRANCISCO SIMÓN CONESA FERRER
PONGO LA VALORACIÓN HECHA POR ÉL DEL TRABAJO REALIZADO, PORQUE EXPLICA EL RELATIVISMO, QUÉ ANTECEDENTE TIENE ESTE DOCUMENTO,ETC.
ACABO DE LEER EN LA REVISTA "ALMERIENSIS" Volumen XI • Año 2018 • Número 2, EL ARTÍCULO "CRISTO ÚNICO SALVADOR. LA DECLARACIÓN «DOMINUS IESUS" DE FRANCISCO SIMÓN CONESA FERRER
PONGO LA VALORACIÓN HECHA POR ÉL DEL TRABAJO REALIZADO, PORQUE EXPLICA EL RELATIVISMO, QUÉ ANTECEDENTE TIENE ESTE DOCUMENTO,ETC.
VALORACIÓN DE LA DECLARACIÓN
8.1. Importancia para la fe de la Iglesia
El documento cumple la finalidad con la que fue emitido:
orientar la fe de los cristianos y ayudar a los teólogos en el discernimiento.
Como se ha dicho, es un documento denso y muy técnico, cargado de citas y referencias a la Sagrada Escritura, los
Símbolos de la fe y los textos magisteriales.
Contiene las claves cristológicas y eclesiológicas para comprender el valor de las religiones y su significado en la salvación.
Debemos reiterar que la declaración no supone innovación
doctrinal alguna. La incomprensión que suscitó el documento
se debe, en parte, a que fue escrito en categorías dogmáticas, no en términos periodísticos, y que sus destinatarios eran los fieles católicos y no los medios de comunicación ni siquiera los cristianos de otras iglesias o confesiones.
Al mismo tiempo, Dominus Iesus deja muchas puertas abiertas.
No es un documento cerrado, sino que en muchos puntos
invita a proseguir la reflexión teológica. Se invita, por ejemplo, a profundizar en cómo los elementos positivos de la religiones entran en el plan divino de salvación (cf. DI 14), en lo que significa una mediación participada (cf. DI 14) y en la relación de los no cristianos con la gracia de Cristo (cf. DI 21).
En lo que se refiere a la salvación, la declaración invita a explorar cuáles son los caminos de salvación en las religiones no cristianas, el valor de la oración y de sus libros sagrados.
El documento no es —ni pretende ser— un obstáculo para la reflexión teológica sobre las religiones, si bien sí desea señalar las deficiencias de la llamada teología pluralista de las religiones.
En este sentido fue un documento oportuno y clarificador. Es
de lamentar, sin embargo, los errores cometidos en su presentación, que provocaron una cadena de ataques a la Santa Sede, seguramente inesperados. El ejemplo de lo sucedido con Dominus Iesus invita a reflexionar sobre la importancia no sólo de lo que se dice, sino también de cómo se dice.
Seguramente se prestó poca atención a la presentación del documento y no se tuvo en cuenta que iba a ser leído por personas poco acostumbradas al lenguaje dogmático que, además, desconocían la compleja temática que se trata.
Algunos autores católicos han sugerido que el documento debería haber tenido un tono más positivo. Francis Sullivan considera que faltó sensibilidad ecuménica en sus afirmaciones (De hecho, Sullivan considera que la declaración no hace una correcta interpretación del Concilio y de la afirmación de que la Iglesia de Cristo
«subsistit in Ecclesia Catholica», que este autor no lee en sentido exclusivo. La
Iglesia de Cristo continúa estando presente en la Iglesia católica, pero también
«subistit in» otras comunidades, cf. F. A. SULLIVAN, «The Impact of Dominus
Iesus on Ecumenism», America 1837/13 (2000) 8-11.)44.
Walter Kasper, que está de acuerdo en el fondo de la declaración, ha dicho que usó un lenguaje inadecuado, demasiado abstracto y conciso, lo que sembró la duda sobre el empeño ecuménico de la Iglesia45.
Quizás hubiera valido la pena proseguir la línea de
reflexión menos negativa y más optimista presente en el documento «Diálogo y anuncio» o en el escrito de la Comisión Teológica Internacional sobre «Cristianismo y religiones». De todas maneras, la experiencia, transcurridos casi 20 años, es que la es ecuménicas( Cf. A. AMATO, «La dichiarazione Dominus Iesus a quindici anni dalla
publicazione (2000-2015)», Poznanskie Studia Teologiczn29 (2015) 7-15..)
8.2. Valor pastoral de la Declaración
Dominus Iesus cumplió también una función pastoral, al promover y apoyar la missio ad gentes, que es la vocación original de la Iglesia. Las corrientes relativistas, al sembrar la duda sobre la necesidad de anunciar a Jesucristo, debilitan la misión.
Desde la teología que subyace a la declaración y a otros documentos del Magisterio, las religiones son valoradas como preparación al Evangelio, en cuanto que contienen elementos verdaderos y buenos, los cuales pueden acercar a la salvación.
Pero, al mismo tiempo, se es consciente de los errores objetivos que contienen las religiones y, por ello, la necesidad de anunciar a Cristo, «en quien los hombres encuentran la plenitud de la vida religiosa»(NA 2).
Por eso se dice en la declaración que «la certeza de la
voluntad salvífica universal de Dios no disminuye sino aumenta el deber y la urgencia del anuncio de la salvación y la conversión al Señor Jesucristo» (DI 22).
El diálogo interreligioso forma parte de esta misión, está incorporado a la misma. Dominus Iesus no rechaza el diálogo, pero acentúa que éste sólo es posible si hablamos a partir de lo que creemos.
Las posiciones eclécticas e irenistas dificultan grandemente
el diálogo, porque si no sabemos lo que cree el otro, es
imposible hablar sobre algo que no sea el propio sujeto, sus actitudes o sentimientos. El mejor servicio al diálogo es la verdad, es decir, no ocultar las propias creencias, sino manifestarlas.
Relativizar las propias creencias sobre el papel de Cristo o de la Iglesia no facilita el diálogo, sino que produce desconcierto( Cf. F. SOTTOCORNOLA, «Il dialogo interreligioso e la Dominus Iesus. Un caso di incontro», Il Regno Attualità 46 (2001) 66-68).
diálogo, el cristiano está llamado a descubrir la epifanía
de Dios presente en otras tradiciones religiosas y advertir en las otras religiones elementos providenciales y designios del amor de Dios hacia los hombres. Por esto, debe hacerse con respeto y con gran apertura. Se trata de descubrir las semillas del Verbo presente en ellas y estar atento a lo que el Espíritu ha podido obrar.
Ahora bien, el verdadero diálogo interreligioso conlleva el
anuncio, es decir, el deseo de ayudar a las personas a alcanzar un conocimiento explícito de lo que Dios ha obrado en Jesucristo y la invitación a ser discípulos suyos y miembros de la Iglesia
.
En la declaración hay una afirmación de fondo muy importante: que la verdad y la salvación no se pueden separar. La verdad que importa al hombre se refiere a su vida, a la que aporta luz y salvación. Pero la salvación no se realiza sin la verdad. «La salvación se encuentra en la verdad» (DI 22).
Por eso la teología pluralista de las religiones es un callejón sin salida, pues, desde un relativismo atroz, pretende la salvación vaciando de contenido las religiones, pretendiendo hacerlas coincidir es una especie de religiosidad universal indiferenciada.
Sólo quien conoce y acepta la verdad se pone en camino de salvación (cf. DI 22). Por eso, la Iglesia tiene el deber de anunciar constantemente a Jesucristo, que es «el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn 14, 6
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