Filosofía de la espiritualidad. Necesidad de esta 15
Las cookies de este sitio se usan para personalizar el contenido y los anuncios, para ofrecer funciones de medios sociales y para analizar el tráfico. Además, compartimos información sobre el uso que haga del sitio web con nuestros partners de medios sociales, de publicidad y de análisis web.
orcid.org/0000-0003-1152-1672
El Búho No 17
Revista Electrónica de la Asociación Andaluza de Filosofía.
Publicado en www.elbuho.aafi.es2019
FILOSOFÍA DE LA ESPIRITUALIDAD
Antonio Sánchez Millán ansamillan@gmail.com 61-78
El Búho No 17
Revista Electrónica de la Asociación Andaluza de Filosofía.
Publicado en www.elbuho.aafi.es2019
FILOSOFÍA DE LA ESPIRITUALIDAD
Antonio Sánchez Millán ansamillan@gmail.com 61-78
15. Además de este nuevo y viejo valor de la espiritualidad, podemos anotar sunecesidad actual.
Necesitamos desarrollar, hoy en día, nuestra dimensión espiritual.
Pongamos por caso el intento de mejorar el mundo en que vivimos: únicamente, quizás con un predominio de personas más desarrolladas espiritualmente (interiormente), más maduras personalmente -así también lo serán ética y políticamente-, más creativas, que no actúen de una manera condicionada, automáticamente, puede transformarse el mundo para que sea un lugar un poco mejor para vivirse. ¿Podremos cambiar el mundo si nosotros mismos no cambiamos?
Se antoja harto difícil. Echemos un vistazo a la política de estos tiempos y al proceder de nuestros políticos profesionales (situados, la mayoría de ellos, en los niveles de desarrollo moral 1 y 2 de Kohlberg). Y si todavía alguno recela de esta esencia espiritual en nosotros, podríamos proponerle -con Antonio Blay- la siguiente prueba para su meditación y constatación práctica: si no fuéramos ya amor, felicidad, inteligencia, en alguna medida, ¿cómo podríamos llegar a sentir todo eso, a manifestar en ocasiones todas esas cualidades? ¿Cómo podríamos llegar a entender, si no tuviéramos la capacidad de entendimiento, si no fuéramos inteligencia por desarrollar?
Un ejemplo muy sencillo: un ser humano es capaz de llegar a hablar una lengua determinada porque ya posee la capacidad dehablarla, porque está en él... Otro animal cualquiera nunca podría hablar castellanoo mandarín.
Sería, más que física, metafísicamente imposible.
Necesitamos desarrollar, hoy en día, nuestra dimensión espiritual.
Pongamos por caso el intento de mejorar el mundo en que vivimos: únicamente, quizás con un predominio de personas más desarrolladas espiritualmente (interiormente), más maduras personalmente -así también lo serán ética y políticamente-, más creativas, que no actúen de una manera condicionada, automáticamente, puede transformarse el mundo para que sea un lugar un poco mejor para vivirse. ¿Podremos cambiar el mundo si nosotros mismos no cambiamos?
Se antoja harto difícil. Echemos un vistazo a la política de estos tiempos y al proceder de nuestros políticos profesionales (situados, la mayoría de ellos, en los niveles de desarrollo moral 1 y 2 de Kohlberg). Y si todavía alguno recela de esta esencia espiritual en nosotros, podríamos proponerle -con Antonio Blay- la siguiente prueba para su meditación y constatación práctica: si no fuéramos ya amor, felicidad, inteligencia, en alguna medida, ¿cómo podríamos llegar a sentir todo eso, a manifestar en ocasiones todas esas cualidades? ¿Cómo podríamos llegar a entender, si no tuviéramos la capacidad de entendimiento, si no fuéramos inteligencia por desarrollar?
Un ejemplo muy sencillo: un ser humano es capaz de llegar a hablar una lengua determinada porque ya posee la capacidad dehablarla, porque está en él... Otro animal cualquiera nunca podría hablar castellanoo mandarín.
Sería, más que física, metafísicamente imposible.
Comentarios
Publicar un comentario