No hay la misma felicidad para todos

 NIETZSCHE, F., Así habló Zaratustra,  p.123. El mensaje de Zaratustra es claro. Hay felicidad para todos, pero no la misma felicidad para cada uno, El egoísmo “sano y sagrado” de los altos y poderosos, nobles y de voluntad fuerte, es felicidad, mientras que la única felicidad que puede alcanzar el resto es aceptar su propia mediocridad, abandonar de inmediato sus descabellados sueños y abstenerse de acciones que les iguale a los que están por encima de ellos, aunque nunca serán ni podrán convertirse en ellos. Para evitar la ruina, los humanos deben ser liberados: los elevados y poderosos, de la lástima, de la compasión, de las conciencias injustamente culpables y de los escrúpulos fuera de lugar, y los vulgares y humildes, de la esperanza.

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