¿Qué debe prevalecer en el dialogo interreligioso?

 En el diálogo interreligioso el tema de la verdad lo consideramos un tema esencial.

No obstante, las religiones deberían convertirse en lugares donde se hiciera honor a la duda. Como afirmaba el teólogo Paul Tillich: “Lo contrario de la fe no es la duda, sino la certeza”. Los cristianos tienen que tomar conciencia que practicar la duda como virtud puede conducir a la humildad. 

Es más, estamos familiarizados con la idea teológica de humildad. Nuestra fe nos recuerda que

Dios es Dios y nosotros no, y que nunca se puede saber toda la verdad a causa de nuestras limitaciones humanas y nuestra limitada posibilidad de conocer los designios de Dios. 

Esto no equivale a decir que la verdad no existe, sino a decir que los seres humanos “aún no vemos las cosas con claridad. Sólo cuando veamos a Dios cara a cara los sabremos todo” (1 Cor 13,12). 

La humildad, especialmente la humildad intelectual, es también una virtud científica clave. La

naturaleza ha demostrado una y otra vez que las verdades que subyacen trasellas exceden a las mentes más poderosas.

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