¿Sabía que en Portugal también se celebra la fiesta de San Marcos?
El 25 de abril de 1927, en el diario cacereño "Nuevo Día" apareció un artículo titulado "Los milagros de San Marcos" y firmado por don Vicente Moreno Rubio.
Estando don Vicente en Valencia de Alcántara (Caceres) un pueblo muy cerca de la frontera de Portugal, unos romeros que venían de celebrar la romería de san Marcos de una aldea ortuguesa con solo cuarenta casa y a solo seis kilómetros de la frontera, le contaron que todos los años entraba en la iglesia un novillo, estando llena de fieles y sin hacerles daño. Don Vicente dudó de estas afirmaciones y dos años más tarde fue para comprobarlo.
Así describe el señor Moreno Rubio el festejo ( tomado de un artículo de la Biblioteca virtual Miguel de Cervantes) LA FIESTA DEL "TORO DE SAN MARCOS" EN EL OESTE PENINSULAR :
"La devoción de estos lugares a su Patrón debe ser muy grande, puesto que raro es el año que no le regalan dos o tres becerros al Santo, y la fiesta (está) muy concurrida de jóvenes de toda la comarca.
Las campanas y cohetes anuncian la fiesta, y el público empieza a tomar posiciones a la puerta por donde ha de entrar el animal, y que a pesar de la aglomeración yo debí madrugar, puesto que presencié la ceremonia...con alma y sentidos abiertos.
Quince o veinte hombres forzudos y altos, con el pantalón de paño de distintas clases, muy estrecho y terminado en forma de trabuco; chaqueta muy ceñida y corta; sombrero enormemente anchas las alas y diminuto el casco, unos, y gorro de lana terminando en borla y que al doblarse cae sobre la oreja, otros; y todos con unos garrotes más altos que ellos, hacen corro a las reses, que han traído junto a la puerta de la iglesia, para separar las que no son necesarias, quedando solamente la que ha de servir para la ceremonia, y asomando en ese instante por la puerta la venerable figura del sacerdote, con el hisopo en la diestra, al que le acompaña el sacristán, con el cacharro del agua bendita. Un silencio sepulcral y unos rezos del sacerdote (que yo presumo ser bautizo o bendición del animal), por cuando al terminar dice en voz grave: "entra Marcos, entra Marcos", nombre que sin dejar de echar agua bendita repite hasta que el becerro entra en el templo; esto, como es natural, lo hace desde una distancia prudencial y teniendo en cuenta que para entrar en la iglesia ha de subir un escalón. El becerro trata de escapar, pero los que le hacen corro le hacen desistir con sus garrotes, hasta que siguiendo al sacerdote penetra en el templo y por una calleja que forman los fieles sube hasta el altar mayor, volviendo enseguida a salir a la calle por el mismo sitio".
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