Una espiritualidad con la mirada en el cielo y los pies en el suelo
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26/04/2025
Una espiritualidad con la mirada en el cielo y los pies en el suelo
Con esta frase resume el párroco de Fuenterroble de Salvatierra, Blas Rodríguez, el legado espiritual del papa Francisco, a quien recuerda con gratitud tras vivir un encuentro “inolvidable” junto a él en 2023
SERVICIO DIOCESANO DE COMUNICACIÓN
Salamanca
El fallecimiento del papa Francisco ha traído a la memoria del párroco de Fuenterroble de Salvatierra y de otras siete parroquias, Blas Rodríguez, un momento especialmente emotivo en su vida sacerdotal. En noviembre de 2023, con motivo de su 65 cumpleaños y sus 38 años de ministerio, tuvo la oportunidad de encontrarse personalmente con el santo padre en el Vaticano, un regalo que sus amigos Bernardo y Ana le quisieron hacer realidad, con la complicidad del obispo de Salamanca, Mons. José Luis Retana, quien le acompañó en el viaje.
“Para mí fue una sorpresa”, recuerda Blas, el que sus amigos le propusieran a don José Luis: “¿Podríamos tener un encuentro con el papa para hacerle este regalo a Blas?”. Y don José Luis, como, señala “es tan dispuesto y tan generoso, a pesar de sus múltiples ocupaciones, que les dijo: ‘”Ah, pues bueno, muy bien’”.
La audiencia fue solicitada y el propio papa Francisco respondió a la petición con una carta en la que mostraba su habitual cercanía y sentido del humor: “Puedes venir cuando quieras, lo que pasa es que venir a las seis de la mañana, que es cuando celebro misa, eso para un cura de pueblo es crueldad”, escribió el pontífice. Un gesto que, como señala este sacerdote, revela “su sentido del humor que tuvo siempre, fundamentales para mí”.
La intención del obispo de Salamanca era haber acudido algún día a primera hora para concelebrar con el papa, pero el santo padre aún se encontraba convaleciente tras su operación de rodilla. A Blas le comunicaron que debía dejar unos días “en suspenso” para viajar a Roma. Y reconoce que, al enterarse, pensó: “¡Ay madre, alguna he preparado que me llaman al orden!”. Y don José Luis le aclaró: “Venga, vámonos, que tenemos que ir a ver al papa, que tenemos audiencia con él”.
El encuentro tuvo lugar en noviembre en una audiencia general de los miércoles, donde Blas pudo estar en primera fila y entregarle personalmente el proyecto del Via Lucis de Beleña a Fuenterroble, que se celebra tradicionalmente en la octava de Pascua, inspirado en la encíclica Laudato Si’. “Creo que le hizo mucha ilusión”, afirma, “y aunque no habrá tenido tiempo de leerlo por la cantidad de trabajo que tenía pendiente, sí que le hizo mucha ilusión”.
Para Blas Rodríguez, fue una “experiencia realmente inolvidable porque le vio “muy cercano, muy entrañable, muy paternal, muy sencillo, muy humilde. Un hombre que te inspira una confianza extraordinaria”. Por ello, da gracias a Dios por haber vivido ese momento “tan personal, tan íntimo, tan humano y tan divino” junto al papa.
Un legado con futuro
Mirando al legado del papa Francisco, este presbítero considera que “es un legado que va a tener mucho futuro”. Destaca que “ha sido un hombre marcado por su espiritualidad, tanto ignaciana como franciscana” y que en él se perciben “la sobriedad, la rectitud, la luz de su pensamiento y a la vez su humildad, su sencillez, su solidaridad, su cercanía con todos”. Una espiritualidad que, como resume, “ha sido una espiritualidad con la mirada en el cielo, pero con los pies en el suelo”.
Esa mirada, añade, le inundó “de la misericordia de Dios que siempre nos ha insistido tanto en proclamar, que ha sido tan hermoso”. Y, para Blas Rodríguez, eso es lo que resume “todo su proyecto pastoral”.
Este sacerdote diocesano reconoce que el testimonio de Francisco ha sabido tocar las heridas del mundo de hoy: “con los pies en el suelo, sintiendo esas heridas que en esta tierra se están sufriendo a diario” como “los conflictos tan fuertes con la inmigración, con las guerras de Gaza y de Ucrania”. Así como el “problema de la ecología, como esta tierra que es la casa común y que tenemos que cuidar y mimar no sólo para nosotros, sino para las generaciones que vengan después”. Por eso, considera que “la herencia que nos ha dejado es algo tan maravilloso, tan sencillo y a la vez tan profundo, que lo vamos a tener que tener muy en cuenta”.
Blas sostiene que el papa argentino será cada vez más añorado: “Lo echaremos mucho en falta en la medida que el tiempo vaya pasando, porque sus escritos son tan sencillos, pero tan hondos, que realmente vale la pena meditarlos una y otra vez”. En su opinión, “eso inspira que hay un fondo realmente muy sano, muy auténtico”.
También valora en él la capacidad de reírse de sí mismo, “una medicina muy necesaria para los tiempos que vivimos, sobre todo cuando las tristezas, las angustias y las preocupaciones son tan grandes que nos pueden llegar a acobardar”.
El párroco de Fuenterroble considera que “la alegría de Cristo resucitado es algo que a él le ha marcado profundamente y por eso nos ha hecho la Pascua”. Y emocionado reconoce que “se nos ha ido justamente en este momento, como diciendo: ‘Bueno, que yo ya me voy. Que ya he cumplido mi tarea y voy con Él, a gozar de las verdes praderas del Reino y en las fuentes tranquilas que allí tendré para saciar mi sed de eternidad”.
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