Paradojas en el cristianismo

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La triple paradoja

1º La paradoja que es el propio hombre. El hombre anhela la plenitud pero no posee las capacidades necesarias. Pero a la vez esta inhabitado por una presencia que le atrae, le llama, pero no puede disponer de ella.

2º La paradoja del hombre Jesús, creído como Cristo, Señor e Hijo de Dios. Jesús que en su pobreza es revelación de la plenitud de Dios, en su fragilidad es signo de la fortaleza divina, en su limitación local es raíz de una destinación universal. Se le recuerda de una forma institucional sacramental permanente, en la Eucaristía, siendo contemporáneo de todas las generaciones. Desde el momento inicial se inició la iglesia, formada por santos y pecadores y su grandeza es mantener el evangelio tal como lo recibieron los primeros testigos, trasluciendo la presencia divina que la guía y la anima.

3º La paradoja de la Iglesia: suma de pobreza y plenitud. La iglesia es fruto de institución divina (gracia) y de adhesión humana ( libertad); es Iglesia de Dios e Iglesia de los hombres. Quién cree en Cristo cree en la iglesia porque ella es exponente de la grandeza divina. Si el contenido de la fe cristiana es Cristo, la iglesia es el lugar en el que se ha entregado a a los hombres.

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