Defensa del arraigo

Las cookies de este sitio se usan para personalizar el contenido y los anuncios, para ofrecer funciones de medios sociales y para analizar el tráfico. Además, compartimos información sobre el uso que haga del sitio web con nuestros partners de medios sociales, de publicidad y de análisis web. orcid.org/0000-0003-1152-1672


El cardenal Sarah ha concedido una entrevista sobre su último libro a Laurent Dandrieu, de Valeurs Actuelles, y que ha sido traducido al español por Elena Faccia-Serrano para Infovaticana. El purpurado africano analiza la situación de la Iglesia y critica a quienes dentro de ella se pliegan a los deseos del mundo.
Usted escribe que el mundo moderno impone una forma de barbarie atacando a las identidades. Usted, al contrario, defiende el arraigo…
- Cuando estuve en Polonia [en octubre de 2017, ndr], país criticado a menudo, animé a los fieles a afirmar su identidad como han venido haciendo a lo largo de los siglos. 

Mi mensaje fue simple: ante todo sois polacos, católicos y, sólo después, europeos. 

No debéis sacrificar la dos primeras identidades en el altar de una Europa tecnócrata y apátrida

La Comisión de Bruselas sólo piensa en la construcción de un mercado libre al servicio de los grandes poderes financieros. La Unión europea ya no protege a los pueblos, sólo protege a los bancosQuise afirmar de nuevo a Polonia su misión singular en el plan de Dios. 

Ella es libre de decirle a Europa que cada uno ha sido creado por Dios para ser situado en un lugar preciso, con su cultura, sus tradiciones y su historia. 

Esta voluntad actual de globalizar al mundo suprimiendo a las naciones, las especificidades, es una locura total. El pueblo judío tuvo que exiliarse, pero Dios lo condujo de nuevo a su país. 

Cristo tuvo que huir de Herodes y refugiarse en Egipto, pero volvió a su país cuando Herodes murió. Cada uno de nosotros debe vivir en su país. Como un árbol, cada uno tiene su terreno, su ambiente donde crece perfectamente. 

Más vale ayudar a las personas a crecer en su cultura que animarlas a venir a una Europa en plena decadencia. Es una falsa exégesis utilizar la Palabra de Dios para valorizar la migración. Dios nunca ha querido estos desarraigos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Clasificación de valores en Ortega y Gasset

¿Qué es hierognosis?

diferencia entre Sinodo y Concilio